En varias ocasiones, después de enterarme de los sucesos alarmantes que ocurrían en el país en que vivían mis familiares, sucesos tales como secuestros, asesinatos y carencia de artículos de primera necesidad, me encontré con que estaba sustentando pensamientos llenos de temor. También me sentí impaciente hacia aquellos que debían restablecer el orden y no podían; y odio hacia los terroristas que causaban tanto sufrimiento.
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