Mi madre se volvió de todo corazón a la Ciencia Cristiana en momentos de gran necesidad cuando era una joven viuda con seis niños.
Desde muy niño crecí en una atmósfera donde cada día empezaba con una oración de gratitud hacia Dios, el Dador de todo bien. También aprendí a confiar en la Ciencia Cristiana.
Cuando era niño sané repentinamente de una seria molestia gástrica luego que un practicista de la Ciencia Cristiana visitara nuestra casa.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!