El hombre en el estanque de Betesda había estado treinta y ocho años esperando su curación. Interrogado por Jesús, respondió patéticamente: “Señor.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!