El “Cristo”, tal como lo define la Sra. Eddy en la Ciencia Cristiana, es “la divina manifestación de Dios, que viene a la carne para destruir el error encarnado”.Ciencia y Salud, pág. 583; Trae a todos aquellos que son receptivos, el gozo de la comunión espiritual con Dios, el Padre, y la felicidad de la liberación espiritual de los elementos de la mortalidad — el temor, el pesar, el pecado, la enfermedad y la muerte.
Jesús demostró el Cristo como la idea espiritual del Amor divino. Mediante la curación y la enseñanza probó que el entendimiento espiritual de la filiación del hombre con Dios restablece la salud y la armonía, restituye el poder espiritual e introduce el reino de los cielos en la tierra. La vida de Jesús fue la expresión más clara del Cristo que el mundo jamás había conocido, y por esta razón fue honorado con el título de Cristo Jesús. El Cristo, “la divina manifestación de Dios”, es eterna. Ilumina la consciencia humana con la luz de la Verdad y aporta el concepto verdadero de Dios y Su creación.
Muchos de los grandes personajes de la Biblia percibieron en cierta medida al Cristo, la Verdad, y esto los capacitó para curar la enfermedad y vencer muchas formas de discordancia. Jesús prometió que después que él hubiere completado su gran misión, el Consolador vendría a recordarnos las cosas que él había enseñado, y que esta revelación del Cristo permanecería con nosotros para siempre. Esta profecía ha sido cumplida con la venida al mundo de la Ciencia Cristiana, trayendo consigo las obras sanadoras que Jesús dijo acompañarían la comprensión del Cristo.
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