Mary Baker Eddy escribe en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras: “La misma circunstancia que tu sufrimiento considera enojosa y aflictiva, puede ser convertida por el Amor en un ángel ‘hospedado sin saberlo’ ” (pág. 574). En cierta ocasión en que me sentía muy desdichada a causa de un problema de relaciones humanas, alguien me llevó a ver a una practicista de la Ciencia Cristiana Christian Science: Pronunciado Crischan Sáiens.. Antes de esto, yo había asistido a una iglesia ortodoxa y no sabía nada de la Ciencia Cristiana. La ayuda que recibí de mi conversación con la practicista abrió para mí un mundo nuevo.
Hace varios años nuestro hijo menor nació con un pie zambo. El médico que consulté nos envió a una clínica para lisiados, donde me instruyeron cómo darle masajes al pie del niño. Dos enfermeras venían regularmente todas las semanas para ayudarlo a hacer ejercicios. Me dijeron que cuando el niño comenzara a caminar tendría que usar una botita especial durante varios años, y que este tratamiento probablemente se prolongaría hasta que él cumpliera cinco años de edad. Esto me pareció un tiempo intolerablemente largo. Me preguntaba, “¿cómo puede mi hijito estar sujeto a tal condición por tan largo tiempo?” Después de dos meses de este tratamiento terapéutico, decidí descontinuarlo y confiar totalmente en la Ciencia Cristiana para la curación. Fui a ver a la misma practicista que había consultado anteriormente.
Juntas oramos por esta condición y me di cuenta de que tenía que sentir gratitud por la perfecta creación de Dios, la que, por supuesto, incluía a nuestro hijito. Vi muy claro que tenía que apartar mis pensamientos de la condición física y concentrarlos en los otros niños de la familia que también necesitaban de mi cuidado. Este amor abnegado por otros trajo la curación para nuestro hijo. Su pie adquirió completa normalidad y a la edad de cinco años chutaba el balón con toda normalidad. Ahora juega fútbol todas las semanas para el equipo de su club.
A una de las enfermeras le llamó tanto la atención esta curación del pie zambo que renunció a su trabajo en la clínica y se convirtió en una devota estudiante de la Ciencia Cristiana. Me sentí muy agradecida por esta prueba del poder sanador de Dios y por el consagrado trabajo de oración de la practicista.
Ha habido otras ocasiones en que he recurrido a las verdades sanadoras de la Ciencia Cristiana para consuelo. Mi muy querida madre y mi único hermano murieron en un período de dieciocho meses el uno del otro. Con mi suegra yo había mantenido siempre relaciones muy felices. Así que cuando ella también murió un mes después que mi hermano, recurrí a Dios para sanar del pesar. Sané completamente de una gran sensación de pérdida al comprender que Dios es la Vida del hombre y que no hay separación del Amor divino.
He encontrado la Ciencia Cristiana de ayuda inestimable para criar a nuestra familia de cuatro hijos. Los innumerables problemas que se presentan diariamente se solucionan recurriendo a Dios para que nos guíe. La Ciencia Cristiana es, por cierto, un “pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmo 46:1), y estoy muy agradecida por ella.
Bellair, Natal
República de África del Sur