Cuando los miembros de una iglesia filial o de una sociedad ofrecen una conferencia de la Ciencia Cristiana en la comunidad, invitan por igual a sus vecinos, amigos, y desconocidos, para compartir con ellos una fiesta de Amor. Jesús ilustró esta coparticipación de la verdad espiritual cuando transformó el agua en vino en una fiesta de bodas en Caná de Galilea. En el Glosario de términos bíblicos de Ciencia y Salud, el libro de texto de la Ciencia Cristiana, la Sra. Eddy da el significado espiritual de “vino” como “inspiración; entendimiento”.Ciencia y Salud, pág. 598;
Cuando ofrecemos una conferencia en nuestra comunidad, ¿qué es lo que estamos compartiendo con nuestros vecinos? No un banquete material, sino alimento para el pensamiento — inspiración y entendimiento que nutren la consciencia del invitado receptivo con la revelación que Dios hace de Sí mismo.
¿Cómo apoyamos este acontecimiento? El estudio de la Ciencia Cristiana proporciona una comprensión de Dios como Mente divina, Espíritu, Alma y Principio y también como Vida, Verdad y Amor. Podemos abrir humildemente nuestro pensamiento para permitir que cada uno de ellos nos revele lo que ya ha sido preparado para ofrecer un satisfactorio y exitoso banquete espiritual.
Por ejemplo, ¿se estimula acaso el deseo del invitado de obtener la Verdad mediante la fragancia del alimento prometido? Esto se cumplirá por las incontables ideas de la Mente que estimular el pensamiento con anterioridad a la conferencia. A medida que las buscamos, la Mente divina nos dará la correcta expresión de ideas con las cuales atraer al hambriento buscador del sustento espiritual y también para vencer los argumentos negativos de la mente mortal que quisiera que el número de nuestros convidados fuera insignificante.
¿Debemos estar preocupados por temor de que el mensaje de la conferencia no llegue a ser de la más alta calidad? ¿O preguntarnos si responderá a las necesidades de nuestros invitados? De ninguna manera. Debemos estar alerta a la verdad de que Dios, el Espíritu, proporciona únicamente el bien. Las ideas incluidas en una conferencia de la Ciencia Cristiana, que es una actividad inspirada por Dios, son substanciales, puras y sanas. Son capaces de despertar y apoyar en cada oyente el deseo de buscar medios de satisfacción más elevados y más espirituales.
¿Habrá lo suficiente para todos? ¿Sentirán nuestros invitados que estas provisiones espirituales están disponibles sin límite y pueden obviar el apetito de placer meramente material? Podemos saber que esto es cierto para nosotros y para todos porque, como lo declara la Sra. Eddy, “El Alma tiene recursos infinitos con que bendecir a la humanidad, y la felicidad se lograría más fácilmente y se guardaría con más seguridad, si se buscara en el Alma”.ibid., pág. 60; Una de las razones para ofrecer conferencias de la Ciencia Cristiana es informar a la comunidad donde se dicta que las bendiciones que fluyen de Dios están a disposición de todos para compartirlas. Cada invitado, ya sea estudiante de la Ciencia Cristiana o algún oyente que asista por primera vez, puede irse con el cálido y amoroso reconocimiento de que Dios cuida de él como Su hijo.
¿Pueden perderse o no utilizarse algunas de estas ideas espirituales o las medidas adoptadas para responder a las necesidades de la comunidad? Podemos impedir esto si hemos visto que están basadas en un Principio único, armonioso y ordenado que es Dios. El libro de texto de la Ciencia Cristiana nos asegura que “todo lo que depare la semblanza de una idea gobernada por su Principio provee alimento al pensamiento”.ibid., pág. 195; El alimento espiritual nunca se desperdicia y está a disposición de todos exactamente cuándo y dónde se necesita, en la medida en que el pensamiento está preparado para recibirlo.
Al hacer los preparativos para nuestra conferencia, ¿hemos dejado lugar para que el Cristo esté presente en ella? El mensaje práctico de curación, que muestra que cada invitado, en realidad está identificado como una expresión de la única Vida y Verdad siempre activa, es una de las partes más importantes de cada conferencia de la Ciencia Cristiana. Este mensaje sanador ilustra la Palabra de Verdad y ha sido preparado con todo amor por el conferenciante para sostener y satisfacer al pensamiento receptivo de los oyentes. Cristo Jesús, al hablar de su identidad espiritual, dijo: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”. Juan 6:35; El pan de Vida está continuamente proporcionando regeneración y renovación espirituales. Así cada persona que participa de él, puede reconocer que el Cristo viene a la situación humana para corregir, salvar y curar de la manera más efectiva y compasiva.
¿Y cuál es la consecuencia de esta fiesta? ¿Estarán los resultados de acuerdo con el plan humano o servirán el propósito de Dios? Debemos estar alerta de que el Amor divino ha preparado esta ocasión para satisfacer las necesidades de toda la comunidad y que el designio de Dios, la Verdad y el Amor divinos, debe ser cumplido. Cada invitado, al despertar a su verdadero estado como una idea espiritual e individual, puede ser ayudado a lograr esta meta de perfección y realización. Leemos en un himno del Christian Science Hymnal:
El alimento Dios provee
y da la libertad.Hymnal, No. 327.
Ésta es la misión del Cristo siempre presente y tiene aplicación universal. Podemos, con toda seguridad, esperar que nuestros invitados — algunos de los cuales pueden estar buscando alivio a problemas de enfermedad, temor o necesidad — ganarán inspiración y comprensión al escuchar la conferencia para dejar de lado las limitaciones del pensamiento material y encontrar el gozo de esta libertad prometida.
Habiendo cedido la voluntad humana a la dirección infalible de la Mente divina en nuestra preparación, podemos confiar que la conferencia bendecirá y nutrirá a cada invitado y a la comunidad de una manera saludable y armoniosa. La conferencia probará ser la evidencia del cumplimiento del Amor divino para elevar el pensamiento y satisfacer toda necesidad humana.