Durante varios meses Juanita había estado sufriendo de una dureza que le había salido en el talón del pie derecho. Cuando caminaba de puntillas no la molestaba. Pero a veces se olvidaba y asentaba el talón, y entonces se quejaba con un “¡Ay!”
Cada vez que su mamá oía el “¡Ay!”, le decía: — Juanita, creo que es tiempo que te pongas a orar sobre esto.
Juanita sabía que su mamá se refería a que era hora que ella hiciera uso de su comprensión de la Ciencia Cristiana, la cual cura como curaba Cristo Jesús, y se liberara de esa molestia. No obstante, como no le molestaba demasiado, y estaba muy ocupada, decía: — Lo sé mamá. Lo haré, pero en este momento no tengo tiempo.
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