La Sra. Eddy, Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, termina el Prefacio del libro de texto, Ciencia y Salud, con estas palabras: “En el espíritu de la caridad de Cristo, — como quien ‘todo lo espera, todo lo soporta’, y se regocija en llevar consuelo a los afligidos y curación a los enfermos,— ella dedica estas páginas a los que sinceramente buscan la Verdad”.Ciencia y Salud, pág. xii;
¿Qué clase de libro es éste que está destinado a “llevar consuelo a los afligidos y curación a los enfermos”, y a revelar la Verdad a aquellos que la buscan? Dejemos que el libro mismo responda a esta pregunta. Una de sus características más dignas de destacarse es que sana. No sana esporádica sino sistemáticamente, no sólo sana perturbaciones síquicas y problemas mentales, sino también todo tipo de enfermedades físicas — aun las llamadas enfermedades incurables. El Cristo, la Verdad — la idea salvadora de Dios — que Jesús practicó en su obra sanadora, es revelado en el texto de este libro y continúa teniendo un efecto consolador, inspirador y sanador.
El tema central de este libro de texto es amplísimo, porque trata sobre la Ciencia de todo ser verdadero. Sin embargo, el libro no se queda en la esfera de lo abstracto; sus declaraciones no representan teorías sino verdades espirituales demostrables. Aunque la autora trata sobre las grandes verdades del ser, que no permiten desviaciones o concesiones, ella las explica de forma que puedan interesar al principiante, al escéptico, al que sufre, y al estudiante más adelantado.
El libro de texto de la Ciencia Cristiana puede compararse con una cuerda que se tira a alguien que se ha caído en un abismo. Es lo suficientemente larga como para alcanzarlo allí mismo donde él se encuentra. Sea cual fuere la raza o clase social a la que pertenezca el lector, o su condición física, moral, o mental, el libro de texto llega a él con su verdad que salva y transforma.
Ciencia y Salud no reemplaza a la Biblia. No es una segunda Biblia. La Biblia no puede ser reemplazada por ningún otro libro. El libro de texto explica la Biblia. Contiene, como su título lo indica, varios capítulos bajo el subtítulo “La Clave de las Escrituras”. ¿Es eso demasiado presuntuoso? De ninguna manera. Sólo se necesita buscar en la sección de libros sobre religión en una librería, donde abundan los comentarios sobre la Biblia.
No obstante, lo que distingue especialmente al libro de texto en este aspecto se encuentra en el hecho de que capacita al lector para entender las verdades bíblicas y aplicarlas en su vida diaria, así comprobando su autenticidad y su eterno mensaje. Por eso, para el lector del libro de texto, la Biblia adquiere un significado práctico, y el lector puede reconocer que el libro es lógico y demostrable. Aun en este punto solamente, el libro de texto hace una contribución inapreciable para la preservación del cristianismo.
A veces se les reprocha a los Científicos Cristianos el no aceptar ningún cambio textual en su libro de texto. Independientemente del hecho de que esto no puede hacerse legalmente, puesto que la autora ya no está más con nosotros y se han reservado los derechos de autor, un procedimiento de esta clase sólo haría daño. Uno no puede, por ejemplo, simplemente sacar los verbos irregulares de la gramática de un idioma extranjero para hacer que el aprendizaje de este idioma sea más agradable. No hay atajos en el camino angosto que conduce a la Verdad.
Ciencia y Salud contiene muchos tratados únicos. El capítulo titulado “La Expiación y la Eucaristía” puede ser considerado entre las mejores contribuciones para comprender la obra de toda la vida de Cristo Jesús. El capítulo sobre el espiritismo, aunque concebido hace cien años, arroja, con claridad sorprendente, una luz crítica sobre los modos de pensamiento en la sicología moderna. Es en verdad una característica especial de este libro de texto el hecho de que no pasa de moda; todo lo contrario, está más adelantado que la época actual.
La Ciencia del Cristo que hallamos en Ciencia y Salud ilumina el entendimiento humano. Trae curación y consuelo. El lector puede encontrar en el libro de texto la solución para todo problema. ¡No es extraño que el lector empiece a amar este libro! ¡No es extraño que este libro, junto con la Biblia, la que él empieza ahora a entender en su sentido espiritual más profundo, se convierta para él en un tesoro del que no querrá separarse por nada en el mundo! Todo lo contrario, se regocijaría si el mayor número posible de su prójimo adquiriera este tesoro.
Alguien dijo una vez que si a uno le gusta un libro en medida cada vez mayor a través de los años, esto quiere decir entonces que es un buen libro. Esto se aplica al libro de texto de la Ciencia Cristiana. Uno puede compararlo con la perla de gran precio de la parábola del Maestro de la que él dijo que era semejante al reino de los cielos. Cuando un mercader que estaba buscando buenas perlas encontró esta perla preciosa, Jesús dijo que el mercader “fue y vendió todo lo que tenía, y la compró”. Mateo 13:46. El libro de texto es por cierto dicha perla.
Lámpara es a mis pies
tu palabra,
y lumbrera a mi camino.
Salmo 119:105
