Conocí la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) cuando un amigo trajo a nuestra casa la edición alemana del Heraldo. Me pregunté qué significaba realmente la Ciencia Cristiana. Leí ese Heraldo y después otros ejemplares. Siempre leía primero los testimonios de curaciones, pero no podía creer que en la actualidad se realizaran curaciones semejantes.
Me crié en un hogar cristiano en el que se leía la Biblia diariamente. Mis padres iban a la iglesia regularmente y se ocupaban de que nosotros, sus hijos, fuéramos a la Escuela Dominical. Cuando empecé la escuela, la primera hora del día se dedicaba a la instrucción religiosa. Cuando llegó el momento de ser confirmada, estaba familiarizada con la Biblia, el himnario y el catecismo. Sin embargo, nunca había escuchado nada sobre Ciencia Cristiana. Y ahora estaba leyendo en el Heraldo que en esta religión los enfermos se curaban mediante la oración. Además, se mencionaba frecuentemente un libro que presentaba una comprensión de Dios por medio de la cual los enfermos sanaban, algunos, leyendo simplemente el libro.
Surgió la pregunta: “¿Es verdad esto, existe algo así?” Entonces hablé con nuestro amigo, preguntándole cómo se podían curar los enfermos leyendo Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Le dije: “Me gustaría ver ese libro”; me respondió que no sólo podría verlo, sino leerlo, y que me lo compraría.
Un tiempo después nos trajo el libro. En esa época sufría de reumatismo, riñones inflamados, una hernia y también de dolores de cabeza constantes. Comencé a leer Ciencia y Salud y no podía dejar de leerlo. Leí hasta altas horas de la noche y deseaba que llegara la noche siguiente para poder continuar su lectura. Lo que leía era nuevo para mí. Volvió a despertar en mí el interés por la Biblia, la que en los últimos años apenas si había leído. Obtuve un concepto de Dios totalmente nuevo y aprendí a entender Su naturaleza como Amor divino.
Leí y leí, y después de unas tres semanas noté que estaba bien. Podía caminar y trabajar sin dolor, y podía dormir toda la noche, algo que antes no podía hacer. Entonces un día le dije a mi marido: “Simplemente lee este libro. No tienes idea de lo maravilloso que es estar bien nuevamente”. Por eso, él también lo leyó ávidamente y antes de terminarlo, estaba bien.
Después se me presentó una enfermedad de la piel. Se me cuartearon las manos y los pies y me dolían mucho. Estudié devotamente Ciencia y Salud y también leí otras de la Sra. Eddy, pero la enfermedad no cedía. Le escribí a una practicista de la Ciencia Cristiana, cuya dirección encontré en el Heraldo, y le solicité tratamiento mediante la oración. Después de algún tiempo, las manos y pies sanaron, y el problema no se repitió.
Siempre he recibido ayuda a través de la Ciencia Cristiana. Podría relatar muchas otras curaciones y bendiciones. Estoy sincera y profundamente agradecida a nuestro Padre-Madre Dios por todo el bien que nos concede por medio de la Ciencia Cristiana. Estoy agradecida por Cristo Jesús, quien nos ha mostrado el camino, y por la Sra. Eddy, quien no escatimó esfuerzos en su gran obra de bendecir a la humanidad. Espero que este testimonio ayude a otros a sacar valor de la Biblia y de los escritos de la Sra. Eddy.
Condor, RS, Brasil
