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Sofocando los sentimientos explosivos

Del número de diciembre de 1978 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El Cristo es un poder redentor en la consciencia humana. Es una presencia salvadora que extingue los ardientes sentidos mortales. Sofoca la llama del inflamado pensamiento materialista. A cada uno se nos ha dado la aptitud permanente de responder al Cristo y mantener una cualidad de pensamiento firme y serena. Aunque se nos provoque podemos mantenernos serenos y reposados. Una actitud serena y estable nace del entendimiento de nuestra relación con Dios. La serenidad y la tranquilidad, arraigadas en el sentido espiritual, apagan las explosivas pretensiones de la errada mente mortal y extinguen la mecha de sus pequeñas bombas.

La paz imperturbable es un atributo de Dios, el Alma. El Cristo le revela al pensamiento receptivo esta paz permanente y omnímoda del Alma. Es nuestro amor por el Alma lo que supera las creencias de ira y temor. El Salmista cantó: “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo”. Salmo 119:165;

Algunos suponen que la única solución para los sentimientos hostiles y emocionales es tratar de contenerlos, tal vez mediante la fuerza de voluntad, o hasta por medio de drogas. Una manera diferente de razonar es que es necesario dejar escapar el vapor, en vez de acumular la ira, el resentimiento o la envidia, como si estuvieran embotellados.

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