En hebreo, el nombre de Nahum se asocia con “consolación”. “Nínive”, proclama, “es asolada; ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores?” (Nahum 3:7).
Nahum era esencialmente un poeta, y describió en estilo brillante y vívido la destrucción de Nínive, capital de Asiria. Su libro de sólo tres capítulos constituye una oda de venganza con respecto a Asiria en general y a Nínive en particular.
Como ardiente patriota judío, Nahum, al condenar los crímenes de Asiria, desconoció por completo los pecados de su propia nación. Por esto se lo ha criticado duramente. Otros profetas hebreos anteriores a él denunciaron a las naciones extranjeras casi tan severamente como él, pero, a diferencia de él, no vacilaron en pronunciar un juicio riguroso contra su propia gente si ellos no obedecían la voluntad de Dios.
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