Cristo Jesús consideraba que la curación por medios espirituales era una evidencia necesaria de nuestra comprensión de sus enseñanzas. Mandaba a sus seguidores a sanar enfermos, y así lo hicieron. Fue sólo más adelante que los cristianos se apartaron de ello, poniendo su fe cada vez más en remedios materiales. Sin embargo, desde 1866, la Ciencia Cristiana ha restablecido, con resultados positivos, el método de curación espiritual practicado por Jesús.
Esta Ciencia da un significado más extenso a la palabra “curación”, ampliándola hasta incluir la curación de cualquier mal que adversamente quisiera afectarnos, ya sea física o mentalmente, por ejemplo, ser adicto a las drogas, fumar o tomar bebidas alcohólicas. Además libera de la inmoralidad y de toda clase de problemas, incluyendo los de relaciones humanas y de índole económica.
El propósito de la Ciencia Cristiana es espiritualizar la vida humana mediante la comprensión de la Verdad y el Amor, los cuales ejemplificó Jesús. La vida total del Científico Cristiano se beneficia mediante esta manera espiritual de pensar, y la curación física es una pequeña parte de ese beneficio.
Sin embargo, gran parte del ímpetu que este movimiento ha recibido es debido a la lealtad de los miembros que sanaron después de haber sido desahuciados. Habían recurrido a la Ciencia Cristiana como su último recurso, y su salud fue restituida y pudieron llevar una vida útil. El The Christian Science Journal, el Christian Science Sentinel, El Heraldo de la Ciencia Cristiana y Un siglo de curación por la Ciencia Cristiana contienen ejemplos verificados de tales curaciones; toda esta literatura está disponible en las Salas de Lectura de la Ciencia Cristiana.
Una pregunta que las personas formulan a menudo es: ¿Cómo cura esta Ciencia? Mediante la oración. Mediante la comprensión y ejecución de la voluntad de Dios. Mediante la negación de la realidad del mal.
No existe ningún registro de que Jesús o sus discípulos hayan usado o administrado jamás ningún medicamento para sanar a alguien. Ellos se valían sólo de medios espirituales y la Ciencia Cristiana sigue su ejemplo. Los Científicos Cristianos tienen un gran respeto por los médicos de integridad; sin embargo, prefieren obtener la curación por medios espirituales, no sólo porque tienen más confianza en su eficacia y en su invariable Principio divino, sino también porque esta Ciencia deja al paciente en mejor condición tanto mental y moral como física. Para un Científico Cristiano la curación es evidencia de una elevada espiritualidad. La espiritualidad es la causa; la curación, el efecto.
Las enfermedades físicas son los efectos de causas mentales, que la Ciencia Cristiana corrige. Puesto que Dios, el bien, es en realidad la única causa, cualquier otra causa no tiene realidad. Bajo esta luz se ve que los médicos están encarando primordialmente efectos y no causas.
Los practicistas inscritos en el Journal y en las distintas ediciones del Heraldo están dispuestos a ayudar a la gente que lo necesite. En el libro de texto Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Sra. Eddy, encontrarán una completa explicación acerca de la curación en la Ciencia Cristiana. La lectura de este libro ha sanado a muchos. La Sra. Eddy escribe: “Aunque esta obra contiene la Ciencia completa de la curación por la Mente, no se crea jamás que todo el significado de la Ciencia puede absorberse con una mera lectura de este libro. El libro tiene que ser estudiado, y vuestra demostración de las reglas de la curación científica os colocará firmemente sobre la base espiritual de la Ciencia Cristiana”.Ciencia y Salud, pág. 147;
“Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, Juan 8:32. dijo Jesús. Éste es el método mediante el cual la Ciencia Cristiana libera a la mente humana de erróneas creencias mortales así como del temor, reemplazándolos con firmes hechos espirituales. Los males físicos y mentales son sanados a medida que las creencias falsas son reemplazadas con la comprensión de la totalidad de Dios y de la presente perfección de Su hombre — el hombre espiritual, nuestro ser verdadero.
