¿Le causa a usted sorpresa oír decir que la manera en que nos identificamos determina en grado considerable nuestra condición actual? Nuestra felicidad o desdicha, nuestra abundancia o falta de abundancia, están íntimamente ligadas con el punto de partida de nuestro pensamiento. Cuando tomamos a la materia como la base de nuestro pensamiento, estamos condenados a frustraciones y a callejones sin salida o a túneles con poca luz en sus lejanas salidas.
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