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Han pasado ya varios años desde que mi testimonio apareció en el...

Del número de junio de 1979 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Han pasado ya varios años desde que mi testimonio apareció en el The Christian Science Journal de junio de 1959. Desde entonces he criado una familia de tres hijos. Hemos tenido maravillosas demostraciones de la bondad y protección de Dios. Entre las curaciones en nuestra familia se encuentran aquellas de resfríos, fiebre, sarampión, paperas, un tobillo fracturado, y una rápida curación de graves cortaduras y heridas cuando mi hija pequeña cayó a través de una puerta de vidrio. A pesar de que, en este último caso, los síntomas eran alarmantes, toda tentación de hacer cerrar las heridas cosiéndolas quirúrgicamente fue silenciada. Tuve la firme convicción de que nada puede exceder el poder de Dios de mantener a Su creación intacta cuando leí estas palabras de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy (pág. 242): “La Ciencia divina del hombre está tejida en una sola tela consistente, sin costura ni rasgón”. Yo sabía que debía ser consistente en mi absoluta confianza en la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) para la curación. Al término de unas horas la mayoría de las cortaduras se estaban cerrando lo más bien, y dentro de pocos días se había producido una curación completa. Estoy agradecida por la practicista de la Ciencia Cristiana que nos ayudó durante ese tiempo.

Mi marido había fallecido cuando mis hijos más pequeños, mellizos, tenían menos de un año. Mi hijo mayor tenía dos años y medio. Mis ingresos eran limitados, y una de mis preocupaciones era que no podría enviar a mis hijos a la universidad. Yo no había asistido a la universidad, pero consideraba importante una educación universitaria. Cuando mencioné mis temores a una practicista tomó un ejemplar de Ciencia y Salud, diciendo: “Si usted comprendiera una quinta parte de lo que hay en este libro tendría toda la educación que alguna vez podría necesitar para resolver todo problema concebible de la vida“. Estuvo de acuerdo conmigo en que una educación más elevada podría ser bastante apropiada y señaló varios pasajes en Ciencia y Salud relacionados con este tema. También me aseguró que oportunidades para aprender se abrirían tanto para mí como para mis hijos.

Nuestra conversación me dejó alegre y libre de preocupaciones y temor por el futuro. Yo sabía que podía ser bendecida por toda idea correcta, incluyendo educación adecuada. Inmediatamente comencé un estudio más profundo de Ciencia y Salud, pues me dí cuenta de que mi verdadera necesidad era de educación y progreso espirituales. Luego de aproximadamente un año se me presentó la oportunidad para mudarme a otra ciudad e inscribir a mis hijos en un buen colegio. Los tres asistieron al colegio primario y secundario, y los mellizos se graduaron en la universidad. Mi hijo mayor asistió dos años a la universidad antes de ingresar al Ejército.

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