Me gustaría expresar mi gratitud por la Ciencia Cristiana y mencionar algunas de las curaciones que he tenido gracias a mi entendimiento y a la aplicación de la verdad, sin la ayuda de un practicista de la Ciencia Cristiana.
Empecé a estudiar Ciencia Cristiana en varias oportunidades Desde hace mucho tiempo he estado familiarizada con sus enseñanzas. Hace como ocho años caí gravemente enferma. Tenía problemas con la presión de la sangre y con el corazón. Un médico me prescribió muchos remedios, descanso absoluto y me prohibió subir escaleras. Seguí el tratamiento durante dos meses pero no mejoré nada. Entonces me dije: “¡Basta! Me voy a aferrar a Dios y a estudiar diariamente la Lección Bíblica del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Estoy segura de que encontraré alivio para todos mis problemas”. Desde ese momento hasta ahora he estado muy bien — completamente curada por la gracia de Dios, como se la revela en las enseñanzas de la Sra. Eddy.
Una mañana, hace como cuatro años, me caí en el patio lastimándome la cara. Pero sólo pensé en el poder y la presencia de Dios, y recibí alivio inmediato. Mi esposo quería llamar a un médico pero me opuse. El siguiente Salmo me dio ánimo: “Buscad a Jehová y su poder; buscad siempre su rostro” (Salmo 105:4). Permanecí en cama un rato, hasta que mi esposo se fue a trabajar. En cuanto se fue, me levanté y fui a la peluquería porque estábamos invitados a ir a un casamiento ese día, y fuimos. En unos pocos días la curación fue completa.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!