Una mañana me desperté en el dormitorio que ocupaba en la universidad y me sorprendí al ver que me había quedado dormida sobre los libros. Era época de exámenes y había estudiado la mayor parte de la noche, y me sentí desorientada.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!