Hace aproximadamente doce años, sufrí un accidente automovilístico en las montañas de Sierra Nevada, y me llevaron en una ambulancia al hospital. Cuando recobré el conocimiento, comencé comencé a meditar sobre muchas verdades aprendidas mediante mi estudio diario de la Lección Bíblica en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Las lesiones que tuve fueron muchas, incluso la fractura de varios huesos. Fui colocado en tracción. Más tarde supe que no tenían esperanzas de que viviera.
Si bien permití que el médico pusiera los huesos en su lugar, no tomé medicamentos ni sedantes, ya que no los necesité. Poco después del accidente, pude superar el dolor por medio de la oración en la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens). Contaba con el apoyo de mi esposa y el tratamiento de un practicista de la Ciencia Cristiana.
Después de dos meses se me colocó un yeso en todo el cuerpo y me llevaron a mi casa situada en la zona de la Bahía de San Francisco, donde mi esposa me prodigaba todo el cuidado necesario. El practicista continuó dándome tratamiento y comunicándome muchas verdades para estudiar y meditar. Día a día la oración y la gratitud eran mis constantes compañeros.
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