Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

La armadura celestial

[Original en alemán]

Del número de septiembre de 1980 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¿Has visto alguna tarde de verano lo que parece ser una pelotita llena de púas rodando rápidamente por el borde de la carretera? No puedes agarrarla porque tiene la espalda toda cubierta de pinchos filosos. Es un erizo, enrollado como una pelota, que usa su armadura para defenderse del peligro. Cuando los pinchos filosos que cubren su lomo se erizan, él se siente seguro.

Hay una protección aún mejor — y tú la tienes. Nunca debes asustarte, porque también cuentas con una armadura fuerte. No está hecha de pinchitos, sino de buenos pensamientos que vienen de la Verdad y del Amor, que son nombres que usamos para referirnos a Dios. Nadie se lastima con esta armadura, sino que con esta fuerte defensa podemos sentirnos todavía más seguros que el erizo.

Mary Baker Eddy nos dice: “Revestido con la panoplia del Amor, el odio humano no podrá alcanzarte”.Ciencia y Salud, pág. 571; No solamente el odio, sino que ninguna clase de mal puede penetrar esta armadura. La mentira del mal siempre es irreal e impotente. No importa el disfraz que use el mal — ya sea celos, envidia, temor o dolor — la armadura del Amor es fuerte y nada puede atravesarla. ¿Cómo nos ponemos la armadura del Amor y de la Verdad? Sabiendo que nada aparte de Dios, nada malo, tiene poder, porque Dios es Amor y Verdad y tiene todo el poder, y estando seguros de que pensamos y actuamos como hijos de Dios. Hay un himno que habla de esta armadura celestial que “noche y día has de llevar;/ ... ¡Ora ya!” Himnario de la Ciencia Cristiana, No. 67.

Margarita, Robertito y Elenita son tres niños a quienes les gusta mirar los erizos y se alegran de que sus amiguitos estén tan bien protegidos. Estos niños han aprendido en la Escuela Dominical cómo pueden revestirse de la comprensión de la Verdad al pensar y admitir sólo los pensamientos de Dios, el bien, que destruyen las mentiras del mal. Esto es lo que hacía Cristo Jesús cuando sanaba a la gente.

En una oportunidad los tres niños tuvieron que probar esto. Margarita, la más pequeña, fue la primera que se sintió tan enferma que no quería comer. Pero ella sabía que Dios ama y protege a Sus hijos y también entendía que Él sólo hace el bien. Por eso le dijo a la mentira llamada mal: “Vete. No eres verdadera”. Permaneció confiada y feliz y pronto se sintió bien.

Entonces Robertito manifestó algunos de los mismos síntomas, y se fue a la cama. Pero se llevó un ejemplar del Heraldo y leyó la historia para niños. Lo hizo feliz leer cómo en esta historia verdadera los niños habían entendido el amor de Dios, y esto los había ayudado. Se dijo a sí mismo que Dios era Todo-en-todo ahora, en ese mismo momento. La verdad sanadora lo protegió también a él. Rápidamente estuvo bien como para levantarse. Para la hora en que volvió su mamá a la casa después de hacer las compras, todo estaba bien y él ya se había vestido.

A la mañana siguiente Elenita, su hermana mayor, empezó a quejarse porque no se sentía bien. Su mamá oró con ella. Sabían que la enfermedad es tan sólo una mentira. Una mentira no tiene poder si nadie cree en ella. La Verdad destruye una mentira, y así es como nos protege. Y de esta manera Elenita sanó.

Pronto los tres niños pudieron sentarse juntos otra vez a la mesa para cenar. ¡Fue un momento feliz para toda la familia!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / septiembre de 1980

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.