La curación por medio de la oración se manifiesta naturalmente a medida que aprendemos más respecto a Dios. En realidad, la curación es, a menudo, simplemente cuestión de reemplazar con la verdad la ignorancia de la mente humana acerca de Dios.
Un concepto erróneo o falta de conocimiento acerca de Dios, puede ser un factor inquietante — a veces profundamente perturbador — en nuestra vida. Con mucha frecuencia, la gente realmente sufre por desconocer a Dios — o por “conocer” conceptos erróneos acerca de Él.
Quienes practican la curación por medio de la oración, como se enseña en la Ciencia Cristiana, se dan cuenta de que es sumamente importante profundizar y ampliar diariamente su comprensión de Dios. Mediante un entendimiento cada vez más espiritual de la totalidad de Dios — Su bondad infinita — nuestra capacidad para curar aumenta. Éste es el factor central en la curación cristiana que enseñó y practicó Cristo Jesús. Un correcto entendimiento de Dios y del hombre es indispensable para el trabajo de curación consecuente y eficaz. La teología verdadera está irrevocablemente relacionada con la curación. Una evaluación correcta de Dios, y de la relación del hombre con Él, es esencial para practicar la poderosa obra sanadora que Jesús alentaba a todos sus discípulos a que practicaran.
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