Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Después de las elecciones

Del número de noviembre de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

The Christian Science Monitor


Una elección deja, inevitablemente, un porcentaje de votantes cuyos candidatos favoritos no resultan electos. ¿Deberían esos votantes sentirse decepcionados y negar su apoyo a las funciones de quienes fueron elegidos?

Después de una elección, un país necesita el mismo apoyo sincero que necesitaba antes de la elección. Y ese apoyo incluye la oración: orar para que los funcionarios lleven a cabo su cometido con inteligencia, paciencia y sabiduría. La Biblia nos reconforta con la afirmación: “Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo”. 1 Cor. 12:5.

Es bien sabido que existen grupos que tratarán de influir al gobierno. Algunos de ellos son bien intencionados y ponen sobre aviso a los funcionarios acerca de las diferentes necesidades de su país. Otros en cambio, traspasan los límites del interés legítimo y se convierten en meros instrumentos para el servicio propio, olvidando la necesidad de una perspectiva más amplia.

Podemos ayudar a evitar que sean manipuladas las autoridades electas, percibiendo la falta total de poder del mal. El hombre es linaje de Dios, y expresa siempre Su voluntad. El gobierno verdadero del hombre, es el gobierno del todopoderoso Amor divino, la única Mente verdadera. También podemos afirmar que todo lo que es correcto y bueno pertenece a Dios, y en la medida en que veamos esto claramente, percibiremos que Su gobierno nunca puede ser influido por el egotismo o las pasiones.

La Ciencia Cristiana nos da la confianza para depositar la responsabilidad gubernamental en Dios, la Mente divina, que todo lo sabe y que nunca se equivoca. Tal fe en la Mente puede desarrollarse a medida que comprendemos que el verdadero universo es espiritual y que la Mente gobierna este universo en perfecta armonía. Y viviendo nosotros bajo el gobierno de la Mente, y no bajo el de la propia voluntad, no abrumaremos a las autoridades electas con una carga falsa de que ellos personalmente deben salvar al país.

Exactamente, ¿cómo podemos apoyar al gobierno por medio de la oración? Orando en la forma en que Mary Baker Eddy indica: “Orad para que la presencia divina continúe guiando y bendiciendo a nuestro primer magistrado, a aquellos asociados con su cargo ejecutivo y a nuestro poder judicial; que dé a nuestro congreso sabiduría, y que sostenga a nuestra nación con la diestra de Su Justicia”.Christian Science versus Pantheism, pág. 14.

Los nombres que se les da a las autoridades y organismos gubernamentales pueden variar de acuerdo con el país, pero se puede comprobar que la misma verdad, la misma ley universal de Dios, está siempre operando para bendecir y dirigir. Podemos orar afirmando la verdad acerca de la ciudadanía inalienable del hombre bajo la ley y el gobierno benévolo de Dios. La Mente divina es la fuente de toda la inteligencia. La ley de Dios, reconocida y vivida, asegura una provisión universal ilimitada de los pensamientos necesarios para guiar a los gobiernos con sabiduría.

Sin duda, muchos de nosotros reconocimos antes de la elección, que el gobierno de Dios es el único gobierno del hombre. Ahora, después de la elección, continuemos reconociendo que, en realidad, no estamos sujetos a otra influencia sino a la que procede de Dios; por lo tanto todos expresamos integridad y paz en nuestro verdadero ser. El representante de Dios — el hombre espiritual y verdadero — está eternamente motivado por Dios, el Principio divino. Una regla básica para todo aquel que quiere trabajar de acuerdo con el Principio es la Regla de Oro de Cristo Jesús: “Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. Mateo 7:12.

Cuando los ciudadanos de un país eligen a alguien para desempeñar un cargo de vital importancia, estos ciudadanos deberían seguir siendo leales en su apoyo, mediante la oración, a la labor que un cargo de esa índole requiere. De ese modo todos podemos ayudar a garantizar que se servirá tanto a Dios como al país, fielmente.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / noviembre de 1981

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.