Al toque de clarín de la Verdad
responde mi anhelante corazón
y sigo el camino que Jesús
con amor y sacrificio nos mostró.
El Amor con sus destellos de luz
disipa las tinieblas del error,
y en la Mente divina e infinita
podemos percibir la presencia soberana
del Amor, y su calor.
La luz del Cristo en nosotros despierta
gozos hasta hoy desconocidos.
A los seres oprimidos los libera,
trae alegría y nueva vida.
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