Me había estado preguntando qué era Dios, y cuál era la relación entre Dios y el hombre. La primera respuesta clara me vino cuando vivía con una familia de Científicos Cristianos. Una de las muchas respuestas satisfactorias y demostrables que me ha traído el estudio de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), es la comprensión de que el hombre en su perfección, como reflejo de Dios, manifiesta la presencia de Dios.
Una de las primeras curaciones que yo recuerdo, fue la de una infección en un ojo, posiblemente de una picadura de un insecto. El ojo se me inflamó. Un día me quedé en casa y no fui a trabajar, pero debido a la molestia que sentía no pude ponerme a estudiar para ayudarme. Sin embargo, una persona me ofreció la autobiografía de Mary Baker Eddy, Retrospección e Introspección. Atrajo mi atención de tal manera que leí todo el día. Al día siguiente, aunque mi imagen en el espejo no parecía mostrar mejoría, sentí que estaba lo suficientemente bien como para trabajar y que debía volver a la oficina. Temía que mis compañeros de oficina me llamaran la atención por no recurrir a la medicina, ya que ellos sabían que yo era Científica Cristiana. En mi camino al trabajo razoné que la vista es una facultad espiritual. No es posible ver el error. Ya había aprendido a llamar error a cualquier condición que no fuera producto del Amor divino. Sabía que podía esperar que otros me vieran a través del sentido espiritual, que me vieran como verdaderamente soy, como Dios me creó. Mis compañeros de oficina me recibieron con un: “¡Está mucho mejor!” Más tarde, durante la mañana, el ojo estaba normal.
En una ocasión me sentía muy mal. Tenía enteritis. Una practicista de la Ciencia Cristiana me visitó, me dio valor con sus declaraciones de la verdad espiritual, y calmó mi temor. Casi inmediatamente me sentí aliviada físicamente, y dos días después estaba completamente bien.
Algunas semanas después estaba muy preocupada, pues síntomas similares parecían manifestarse. En este estado recurrí a Dios con todo mi corazón, y me vinieron al pensamiento estas palabras que yo no sabía que las sabía, de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Sra. Eddy (pág. 256): “El Amor, el Principio divino, es el Padre y la Madre del universo, incluso el hombre”. Cuando llegué a la palabra “hombre”, me sentí muy unida a Dios y me olvidé completamente de mi cuerpo. Esta elevación de pensamiento duró sólo unos momentos, pero cuando estuve nuevamente consciente de mis alrededores, una cálida luz invadió mi ser, y parecía que estaba caminando en el aire. Me sentía muy bien y llena de gozo. Desde entonces, hace muchos años, esta dificultad no se ha repetido.
Un practicista me indicó, casi como pensando en voz alta, que el libro del Apocalipsis en la Biblia muestra la manera de superar el error o el mal, y que el mal debe ser superado. Esto era justo lo que necesitaba para hacer el esfuerzo para sanar del problema de unos dolores que sentía y de debilidad. Mi querido esposo había fallecido unos meses atrás, y la sugestión agresiva era que yo sería afectada con la misma enfermedad. Fui inspirada por la convicción de que “el Cristo rasga del error el velo” (Himnario de la Ciencia Cristiana, No. 202) y no tuve más problemas con esos síntomas o con el temor. También me ha ayudado el comprender que la muerte es un error de creencia, igual que la improbidad o el temor. La manera como actuemos y tratemos cada creencia, depende de lo que sepamos y es exclusivamente nuestra propia demostración individual. A cada paso, cualquiera que sea el camino en el cual podamos estar, Dios nos está cuidando, guiando y sosteniendo.
Estoy tan agradecida por las verdades espirituales reveladas a través de la Biblia y los escritos de la Sra. Eddy, y por los estudiantes que comparten su inspiración por medio de las publicaciones de La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana. Encuentro en la vida compasiva de Cristo Jesús una continua y magnífica inspiración. Y el tierno y vigoroso liderazgo de la Sra. Eddy, en la revelación y fundación de la Ciencia Cristiana, impulsa mi devoción a esta Causa para la humanidad, al igual que mi eterna gratitud. La transformación del pensamiento mediante el Cristo se ve también en las grandes obras altruistas a través del mundo, y alabo a Dios por esta expresión de Su bondad.
Eastleigh, Hampshire, Inglaterra
