A través de la larga historia de los hijos de Israel, hubo personas que estuvieron muy cerca de Dios. Fueron obedientes a Sus mandamientos, y esta obediencia les permitió vivir cerca de Dios y conocer Su voluntad. Estas personas eran los mensajeros de Dios, y por su obediencia y mentalidad espiritual, pudieron proclamar el mensaje de Dios, en palabra y en hecho.
Abraham demostró mediante su vida que podemos confiar en Dios. Jacob fue otro mensajero del Todopoderoso, que manifestó un concepto más elevado de Dios del que hasta entonces se conocía. Moisés proclamó la voluntad de Dios por medio de los Diez Mandamientos.
Todos estos mensajeros comulgaron con Dios mediante el sentido espiritual. Basando su razonamiento en su entendimiento acerca de la naturaleza de Dios, fueron capaces de percibir varias veces el hecho espiritual de lo que parecía una situación difícil, invalidando así el testimonio del sentido material.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!