El Señor es mi guía.
Ninguna cosa me faltará.
Él me hace tener pensamientos serenos
y que ame a los demás.
Él mantiene la pureza de mi alma.
Él me enseña la manera de probar que la Verdad es todo-poder.
Aun cuando la mente mortal parece ser real,
Dios está con nosotros. Él está al alcance de quien Lo necesita.
Dios nos protege del mal. Él guarda la rectitud de mis
pensamientos.
Él da a todos tanto amor que jamás podrá faltarles.
Yo puedo confiar que el bien siempre estará conmigo.
Y viviré en la Mente, Dios, eternamente.
[Escrito a la edad de 9 años]
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!