En la noche de tristeza,
En la profundidad de la desesperación,
La luz del mañana de Dios
En todas partes es gloria.
Aunque pasos de progreso hallen trabas
Y la cansada esperanza parezca agotada,
El Alma canta —¡al llamado del Espíritu!
Y vacilantes pensamientos se arrepienten.
Ningún lugar puede existir
Donde el amor de Dios no brille.
La corona rodea la cruz con gracia
Y la victoria será tuya.