La Biblia enseña que podemos vencer el temor viviendo cerca de Dios.
A medida que hacemos esto, logramos mucho más que nuestra paz mental. Hacemos algo para socavar la base misma del terrorismo, que depende de la intimidación. Contribuimos al gobierno de la ley en oposición a la tiranía del poder anárquico. Y más que esto, cumplimos con nuestra parte en contribuir a que la civilización progrese hacia la aceptación del reino del amor de Dios, donde el temor no existe.
Cristo Jesús es nuestro ejemplo en esto igual que en todo. En la agonía de Getsemaní pidió no ser crucificado. Sin embargo, su amor por Dios y por el hombre lo hizo elevarse por encima del temor. Al someterse a la muerte y luego salir de su tumba vivo, demostró que una confianza total en Dios provee la respuesta para todos los problemas humanos. También indicó que la naturaleza real del hombre es espiritual e inmortal. Mary Baker Eddy nos dice: “El mal no tiene poder para perjudicar, estorbar o destruir al hombre real y espiritual”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 296.
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