Por sorprendente que parezca a los Científicos Cristianos, hay quienes consideran que la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) es una forma de evadir la realidad o de autosugestión. No obstante, existe una gran diferencia entre las diversas formas que hay de manipular el pensamiento, la fuerza de voluntad, el pensamiento positivo, y, por otro lado, la penetrante revelación que iluminó la misión de Cristo Jesús e hizo posible su labor sanadora, y que es expresada hoy en día en la Ciencia Cristiana.
A la luz de la experiencia moderna puede caber poca duda sobre la gran capacidad que la mente humana tiene para engañarse a sí misma. Como dice Mary Baker Eddy: “... la mente mortal es propensa a cualquier fase de creencia”.Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 419. Sin embargo, un estado de autohipnosis es algo enteramente distinto del descubrimiento de la realidad eterna, divina, y de las leyes espirituales del Principio divino, la Verdad. Es algo completamente distinto de la demostración de esas leyes en curación y regeneración, de acuerdo con lo practicado por el Maestro, por sus primeros seguidores y por los Científicos Cristianos de hoy día.
Los sistemas actuales de manipulación del pensamiento comienzan con la mente humana y dependen del poder de la mente humana. Se basan en la hipótesis de que la mente es el producto de la materia orgánica, aun cuando se atribuye poder a supuestas influencias místicas o psíquicas. La Ciencia Cristiana comienza con Dios infinito, el Espíritu, el Amor, el Padre de quien Cristo Jesús habló, la Mente infinita; y comienza con la definición de que la realidad y la consciencia son enteramente espirituales, en contraste con un universo y un hombre físicos.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!