No me pueden engañar.
La inconsciencia y la enajenación no existen
en la Mente.
Soy uno con Dios, y la única atracción
es la unidad.
No puedo someterme al pecado.
El Alma no abriga deseo falaz,
ni sórdido orgullo.
Conozco el gozo de morar
en la pureza de Dios.
No me pueden desalentar.
No existe temor ni fuerza
oponiéndose al Amor.
Soy el hombre de Dios; mi ser,
solamente libertad.