Uno de los diálogos más interesantes y tal vez más importantes (para la Iglesia cristiana) entre los que aparecen en la Biblia, tuvo lugar cuando Jesús inició una conversación con sus discípulos al preguntarles: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” Ver Mateo 16:13–18.
Las respuestas indicaron una diversidad de opiniones: “Juan el Bautista”, “Elías”, “Jeremías, o alguno de los profetas”. Pero entonces Jesús quiso saber cuál era el punto de vista de sus discípulos. La respuesta de Pedro y lo que Jesús declaró después dieron al mundo un punto de vista de Iglesia sorprendentemente nuevo, uno que eleva la actividad religiosa por encima de las limitaciones de la personalidad humana.
Las respuestas que habían dado los discípulos a la pregunta original de Jesús con respecto a las conjeturas que se hacían sobre este punto, se concentraban en la identidad de Jesús como “el Hijo del Hombre”. Pero la respuesta de Pedro fue: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. La Sra. Eddy interpreta la pregunta de Jesús de la siguiente forma: “... ¿Quién o qué puede hacer esta obra, tan misteriosa para la mente popular?” y la respuesta de Pedro así: “... El Mesías es lo que has declarado, — Cristo, el espíritu de Dios, de la Verdad, la Vida y el Amor, que sana mentalmente”.Ciencia y Salud, pág. 137.
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