En una de sus epístolas a la iglesia cristiana en Corinto, el Apóstol Pablo exhortó a sus hermanos a mantenerse alerta, a no dejarse engañar ni apartar “de la sencillez... que es en Cristo”. 2 Cor. 11:3 (según Versión Moderna).
El Cristo no es complicado. Jesús lo demostró. Y comprender la sencilla verdad de la unidad del hombre con Dios — la filiación divina que es patrimonio natural del hombre — nos puede liberar de las complejidades y confusiones que hay en la experiencia humana.
El enredo de opiniones, motivos y creencias contradictorias, y los estilos de vida poco satisfactorios de hoy en día, son principalmente el resultado de tener un punto de vista dualístico sobre la realidad. La humanidad por lo general cree en la realidad actual tanto del bien como del mal, la verdad y el error, la vida y la muerte, lo espiritual y lo material. Esto es dualismo, un concepto equivocado que declara que la realidad se compone de opuestos, que Dios crea, o permite, un negativo por cada positivo. Pero el Espíritu no forma la materia; la Vida no es la autora de la exterminación del ser; la Verdad divina jamás se mezcla con la falsedad.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!