Señor, amo la morada
de Tu buen humor.
Las bromas de la alegría son
sanas, no necias,
desinflan nuestras presunciones.
Jesús previno contra
la máscara adusta del hipócrita.
La risa del Amor es bautismo sanador.
Debemos magnificar Su alegría.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!