El Apóstol Pablo, en su epístola a los Gálatas, nos enseña que “la paciencia”, es un fruto del Espíritu. Ver Gál. 5:22. ¿Qué beneficios puede reportarle la paciencia a quien practica el cristianismo? Permítame contarle mi experiencia.
En un momento de mi vida sentí que debía dar a mi carrera una orientación diferente. Recurrí a Dios buscando una respuesta, y pronto sentí con creciente convicción que cierto tipo de trabajo evidenciaba Su plan para mí. Pero no me sentía tranquila para dar el paso inicial y me resistía a proceder en medio de esta turbulencia mental.
En mi oración diaria, recurría sinceramente a Dios, tratando de ver que Él era la única influencia posible en mi vida. Una y otra vez me esforcé por lograr que mi voluntad y preocupaciones cediesen a la voluntad de Dios y a Su cuidado para cada faceta de mi carrera, incluso mi empleo actual y mi trabajo futuro. Durante dos años esperé Su guía. (Es decir, esperé la señal del Cristo en mi corazón, y eso me permitiría finalmente saber, sin abrigar duda alguna, qué es lo que debía hacer y cuándo hacerlo.)
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