La mamá de Angélica y de Andrés era practicista de la Ciencia Cristiana. Los mellizos a menudo oían a su mamá hablar con personas que venían a verla cuando éstas entraban en la oficina que ella tenía en su casa, o cuando ella contestaba el teléfono.
Ellos sabían que su mamá utilizaba el Padre Nuestro Ver Mateo 6:9–13. para ayudar a la gente. A ellos especialmente les gustaba la forma en que empezaba con las palabras “Padre nuestro”. Eso quería decir que Dios es el Padre de todos.
Un día, mientras Andrés se encontraba en la escuela, lo llevaron a la oficina del director porque se veía enfermo. Llamaron a su mamá para que viniera a buscarlo y se lo llevara a su casa. Cuando el director le preguntó si quería que llamase al doctor o a la enfermera para que lo ayudara, Andrés respondió: “No, gracias, no será necesario. ¿Pero tendría la bondad de mandar a buscar a Angélica, mi hermana melliza? Ella está en mi clase”.
Andrés sabía que Angélica podía ver con claridad a través de la creencia de enfermedad que parecía ser tan real. Cuando Angélica llegó, le dijo que Dios siempre lo estaba cuidando. Juntos dijeron el Padre Nuestro, con el conocimiento de que las palabras “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, significaban que todo lo que ellos necesitaban estaba allí mismo donde estaban ellos.
Cuando su mamá llegó, los mellizos ya habían demostrado que Dios, su Padre-Madre, había estado presente todo el tiempo. Andrés se estaba sintiendo bien. El director, que había presenciado los resultados positivos de la oración sanadora de los mellizos, con mucho gusto permitió que Andrés regresara al salón de clases.
La mamá de Angélica y de Andrés se sintió muy feliz al ver que sus niños sabían que Dios siempre estaba cuidándolos.