Es de primordial importancia mantener un tono sanador al leer en los cultos de la Ciencia Cristiana. El pensamiento y la visión interior de los Lectores desempeñan un papel importante en el mantenimiento de este tono sanador.
Me di cuenta de la importancia de este punto durante una reunión de testimonios de los miércoles en La Iglesia Madre. El Lector estaba presentando poderosas ideas y mi atención fue atraída por completo por su atención a ellas. La lectura resultó convincente y sanadora.
Más tarde me enteré de la forma en que ese Lector encaraba su trabajo. Leía para instruirse a sí mismo en Ciencia Cristiana. Cuando leía en un culto, se concentraba enteramente en un enfoque espiritual respecto a su labor y al público, esto es, aceptaba como realidad sólo la verdad espiritual de la infinitud de la Verdad y, por tanto, de que el hombre es inseparable de Dios.
Esto le permitía excluir de su pensamiento todo lo que pudiera negar la presencia de Dios. Era un reconocimiento interior de lo que es divinamente verdadero. La Sra. Eddy dice acerca de un orador: “Habló con inspiración; dando un tono de Verdad que seguirá reverberando y cobrando nuevo énfasis a través de todos los siglos, hasta llegar a la inmensa eternidad”.Escritos Misceláneos, pág. 312.
El Lector de La Iglesia Madre no trataba de transformar al público, como si éste estuviera compuesto de mortales discordantes, necesitados de una transformación. Estaba, en cambio, aceptando la verdad de la perfección espiritual actual del hombre, creada y sostenida por el Espíritu.
Esta aceptación, esta consciencia de la perfección, avanza gracias a nuestro reconocimiento de que el hombre es inseparable de Dios. En el capítulo “Recapitulación” de Ciencia y Salud, la Sra. Eddy escribe: “El Principio y su idea es uno, y ese uno es Dios, el Ser omnipotente, omnisciente y omnipresente, y Su reflejo es el hombre y el universo”.Ciencia y Salud, págs. 465–466. Esta verdad básica de la realidad sustenta la afirmación de Jesús: “Yo y el Padre uno somos”. Juan 10:30. En realidad, no podemos estar separados de Dios; Dios no puede estar separado de nosotros.
La inteligencia divina siempre mantiene a sus ideas en perfección. Los Lectores pueden comprender que el hombre jamás puede caer de su perfección y dejar que la verdad de esa comprensión haga su propia labor sanadora. La Mente divina sabe que es imposible que su idea, el hombre, caiga; nuestra comprensión de esta verdad mejora el medio humano, dando un tono sanador a nuestros cultos.
Cuando un Lector recién elegido preguntó a un ex Lector de qué manera podía la lectura sanar al público, la respuesta fue: “¿Usted no leería para el hombre caído, verdad?” Aunque tal vez algún Lector lo haya hecho a veces, la Ciencia Cristiana cura por medio de la comprensión de que el hombre no tiene imperfección alguna.
La Ciencia Cristiana demuestra la inmutable unidad del ser, poniendo en claro que existe una sola y verdadera fuente de acción: Dios. La aceptación de esta verdad cuando leemos en voz alta, es una ayuda. Esta verdad, de que sólo hay una fuente de acción, se difunde y sana. Esta percepción sustenta tanto la comprensión del público como la expresión del Lector. La Sra. Eddy lo dice enfáticamente: “El Principio divino, o sea el Espíritu, comprende y expresa todo, y todo tiene por tanto que ser tan perfecto como el Principio divino es perfecto”.Ciencia y Salud, pág. 518.
A veces oímos a un nuevo Lector decir que no tiene suficiente voz, incluso en esta época de amplificación electrónica. ¿Cómo puede superar esa condición? Por medio de la oración. Podemos saber que la capacidad para comunicarse no proviene de un mecanismo corpóreo, que puede ser débil o inadecuado. En realidad, la Verdad se comunica al hombre, y ésta es la verdadera comunicación. Aun una modesta percepción de esta verdad divina confiere proyección, fuerza y autoridad a la voz.
“Truena el Dios de gloria” Salmo 29:3., dice el Salmista. Este pensamiento nos libera de la ansiedad de tener una voz inadecuada. En una oportunidad se me eligió para leer en una gran iglesia filial de Cristo, Científico, que no tenía amplificadores. En el primer ensayo se me presentó un obvio problema a causa de la depresión que me embargaba por un asunto familiar, y también debido a que mi voz era baja por naturaleza. El problema se intensificó porque tenía que hacer además otra presentación oral. Sin embargo, deposité toda mi confianza en la certidumbre de que “truena el Dios de gloria”. Me embargó un sentimiento del poder de Dios, y tanto en mi presentación oral como en los años en que fui Lectora mi voz estuvo a la altura de las circunstancias.
Debemos comprender que la Palabra siempre es suficiente, poderosa y oída. La Verdad es infinita. Por lo tanto, en realidad, no es necesario que pase de una persona a otra. La Verdad es universalmente oída, entendida y amada. Esta verdad derrumba las barreras de la audición física, la deficiencia y la resistencia a aceptar la Verdad.
Ahora bien, el poder de la lectura de estos libros, la Biblia y Ciencia y Salud en los cultos de la iglesia, no es personal, porque esta actividad representa la expresión de la Verdad. Leer con eficacia es algo más que mantenerse unido a las ideas. Expresa el poder de la contemplación interior, el reino de los cielos dentro de nosotros, el poder de la Verdad.
Mientras estudiaba para uno de los cultos dominicales, una Lectora tuvo una profunda y nueva percepción respecto a esta declaración de Jesús: “Antes que Abraham fuese, yo soy”. Juan 8:58. Sin embargo, al prepararse para leer ese pasaje, ella sintió que no quería introducir una percepción personal de su nuevo entendimiento en la inspiración de otros asistentes a los cultos. Por lo tanto, profundizó su gozo de saber que la omnipotencia de Dios se siente y que la Mente divina habla directamente a todo el que escuche receptivamente. Después del culto, ni siquiera se acordaba exactamente cómo había leído el pasaje. Pero se enteró que alguien del público había visto una nueva luz y, por lo que supo, a nadie le había parecido extraña su forma de leer.
El estudio y el aprecio profundos de la Biblia y de Ciencia y Salud nos mantienen cerca de la Verdad en el entendimiento. Tenemos que estar metafísicamente bien informados para leer correctamente. A menudo los Lectores encuentran una nueva visión de los pasajes de la Biblia en la Lección haciendo uso del apéndice B, una lista de citas de las Escrituras en las Concordancias de los escritos de la Sra. Eddy. Nada imparte mejor que Ciencia y Salud el significado espiritual de la Biblia. Su interpretación científica ilumina los pasajes de la Biblia, ya sean familiares o no. Desde este punto de vista, la Biblia se lee con eficacia, por ser un agente sanador.
A veces se dice que la Biblia es la “sabiduría de los tiempos”, y ésta es la razón por la que mucha gente la estudia, en la certeza de encontrar sus profundidades espirituales.
Actualmente, la revelación de la Verdad para esta época, la Ciencia divina, o Ciencia Cristiana, se explica en Ciencia y Salud, iluminando enteramente el significado de la Biblia. Leer en voz alta de estos dos libros elucida el poder y la belleza de la “sabiduría de los tiempos” y proporciona curación en todos los cultos.