Orar en bien de uno mismo puede ser un gozo diario. Nos trae inspiración, paz y medios para resolver problemas. Es necesario para el crecimiento espiritual y la demostración. Por cierto que no tenemos por qué ser reacios a aprovechar esta oportunidad celestial que nos vivifica y renueva.
La gente se pregunta algunas veces si es egoísta orar en bien de uno mismo. No lo es si el móvil es glorificar y adorar a Dios, y saber cómo bendecir a los demás verdaderamente. El deseo de expresar la naturaleza de la Verdad y el Amor divinos no es egoísta, porque hace que nuestros pensamientos no se centren en nosotros mismos sino que vayan a Dios. Cuando oramos para aumentar nuestra habilidad para ayudar y sanar a nuestro prójimo, estamos procurando nuestro bien en lo que compartimos con otros. El Amor divino responde a esta clase de oración.
¿Está bien orar por cosas materiales? Consideremos el consejo de Cristo Jesús: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?... Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:31, 33.
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