Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

“Bienaventurados los que no vieron”

Del número de febrero de 1984 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando la noticia de la resurrección de Jesús comenzó a circular, sus seguidores reaccionaron de diferentes maneras. Pedro y Juan corrieron hacia la tumba; María estaba fuera llorando; y Tomás no lo pudo creer hasta que Jesús se apareció delante de él persona y le mostró sus manos y su costado. La admonición del Maestro a Tomás fue: “Porque me has visto... creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”. Juan 20:29.

¿Qué es lo que nos convence de la presencia del Cristo? Algo más allá del testimonio del sentido físico. Por supuesto, nos regocijamos en la curación y en la liberación del sufrimiento. Pero en esta época, como en el tiempo de Jesús, muchos de los que son sanados no son después seguidores de Cristo. No se dan cuenta del significado total del acontecimiento.

Se necesita despertar espiritualmente para reconocer la presencia divina. De los diez leprosos que Jesús sanó, sólo uno realmente percibió el poder del Cristo. La Biblia explica esto en 1 Corintios: “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. 1 Cor. 2:9, 10.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / febrero de 1984

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.