La gracia tiene su fuente en la Mente deífica. Incluye misericordia, virtud, armonía y serena sencillez, las cuales se obtienen a medida que aprendemos a anclar nuestro pensamiento en la divinidad. Quien expresa gracia puede caminar a través de una tormenta de resentimiento y confusión y aún estar en paz. Frente al mal, la gracia silenciosamente declara el bien y se mantiene tranquila y sin temor. La gracia del cristiano lo protege contra la amargura y el desaliento. La gracia viene a medida que se esfuerza por vivir en obediencia a Dios. La gracia se desarrolla en su vida a medida que adopta esta cualidad.
Diferentes personas recurren a fuentes diferentes para sostener su fortaleza cuando se ven ante pruebas severas. Unas se mantienen firmes en el respeto de sí mismas, de su experiencia y logros. Otras vivifican su tímido corazón siguiendo cuidadosamente las opiniones de sus compañeros. Algunas recurren a un trabajo artístico: una pintura, un poema o una pieza musical. Todas estas fuentes pueden proporcionar cierto grado de consuelo. No obstante, quien tiene comprensión espiritual, hace más que recuperar un corazón valiente; sus oraciones pueden traer curación a su vida. Siente su verdadera e inseparable relación con Dios, Amor divino, y es bendecido por este conocimiento.
En toda circunstancia tenemos que alejar sabiamente nuestro pensamiento de pronósticos negativos hacia conceptos más elevados. La Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) nos muestra el camino. Esta Ciencia no es simplemente una manera de pensar positiva. Si bien una manera de pensar positiva es mucho mejor que una manera de pensar negativa, mejor aún es la oración cristiana precisa que trasciende el alegre anuncio: “¡Todo va a salir bien!” Tal oración científica va directamente a los hechos del ser verdadero, a la Verdad, Dios. “La gracia y la Verdad son mucho más potentes que cualquier otro medio y método”,Ciencia y Salud, pág. 67. escribe la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras.
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