¿Ha tenido usted alguna vez el intenso deseo de compartir con otro una publicación periódica de la Ciencia Cristiana sólo para ser rechazado?
“No, gracias. No me interesa la religión organizada”.
¿Cómo podemos llegar al corazón de quienes podrían amar la Ciencia Cristiana si la comprendieran?
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