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Heraldos de la Verdad

Del número de mayo de 1984 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


A través de los siglos ha habido heraldos de la Verdad que han proclamado la reforma y el arrepentimiento. Uno de los más poderosos fue Juan el Bautista. No solamente preparó a la humanidad para la venida del Cristo predicando el bautismo de arrepentimiento para la absolución del pecado, sino que también reconoció y proclamó la presencia del Cristo, que la Ciencia Cristiana explica es el hombre espiritual e ideal manifestado por Jesús.

Hoy en día, a medida que examinamos el panorama de la civilización moderna, nos damos cuenta de que los heraldos de la verdad no guardan silencio ni están agotados. El desafío de hoy es discernir espiritualmente cuál es la verdadera forma del heraldo moderno. Durante este siglo hemos sido testigos de los horribles resultados que son consecuencia de heraldos cuya elocuencia carismática se ha valido de la debilidad de la humanidad: como, por ejemplo, el ascenso al poder de Hitler y el suicidio masivo de los miembros de un determinado culto en Guyana, para nombrar sólo dos ejemplos.

Éste es un momento de vigilancia no sólo para los buscadores de la Verdad, sino también para sus heraldos. Es esencial estar alerta a las falsas prácticas de la radiodifusión que aparecen en hábiles envoltorios del magnetismo. En razón de los adelantos tecnológicos de hoy en día, sentimos la tentación de creer que un heraldo de la iglesia sería más eficaz en promover la causa de Dios si confiamos especialmente en los sofisticados métodos que oscilan desde los medios electrónicos hasta las técnicas sicológicas. Pero el interrogante es el siguiente: ¿Han probado tales métodos ser de por sí vías profundas o lo suficientemente genuinas para un alcance cristiano?

La Sra. Eddy, que se constituyó en una voz espiritual profunda no únicamente para el siglo diecinueve, sino también para la época actual, encara estas conclusiones cuando escribe: “El ideal de Dios ya no está personificado en un expósito o un errante; y la Verdad no es fragmentaria, no está desconectada, sin sistema, sino concentrada e inamoviblemente fija en el Principio. La mejor clase espiritual del método de acuerdo con el Cristo para elevar el pensamiento humano e impartir la Verdad divina, es poder estacionario, quietud y fuerza; y cuando hacemos nuestro este ideal espiritual, viene a ser el modelo para la acción humana”.Retrospección e Introspección, pág. 93.

Los heraldos de la Verdad que tienen efectos más perdurables en la humanidad, están alerta de no apelar a los sentidos materiales. El heraldo de hoy no es influido por muestras de adoración meramente emocionales, ni su ayuda a la humanidad es simplemente el combatir los problemas exteriores. El heraldo más eficaz apela a lo más profundo e íntimo del ser de una persona — a nuestro sentido espiritual — y luego espera y requiere nuestra respuesta espiritual: el arrepentimiento y la curación, la progresiva renuncia a las creencias pecaminosas, y la aceptación de acuerdo con el Cristo de nuestra verdadera identidad cristiana. El heraldo de la Verdad reconoce lo inadecuado de todas las demás vías de evangelización. Hace dos mil años, Cristo Jesús probó esto, nutriendo a aquellos pocos hombres y mujeres humildes que respondieron al llamado de la Verdad. Su firme dedicación y promesa no sólo sanó y salvó a la gente, sino que ayudó a revolucionar el mundo.

¿Dónde podemos encontrar ejemplos de heraldos modernos que expresen “poder estacionario, quietud y fuerza” como lo idealizó la Sra. Eddy? ¿Acaso estos heraldos están lejos de nuestra vista, lejos de ser palpados o fuera del alcance de la humanidad?

Por supuesto que no. Los heraldos de hoy no sólo incluyen el testimonio individual de la Verdad, sino también otros modelos más impersonales cuya atracción es el Cristo, puro y genuino, la Verdad. Un ejemplo de los heraldos del presente, que se puede hallar ahora mismo en las distintas avenidas a través del mundo, es la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana. Estas salas están dedicadas a cumplir la profecía de Cristo Jesús ofreciendo y explicando el Consolador, la Ciencia divina, como es revelado en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Sra. Eddy. Los corazones que están preparados para recibir estas buenas nuevas son atraídos y responden al conocimiento de Dios y del hombre que se ofrece dentro del santuario de la Sala de Lectura.

Otros ejemplos de heraldos impersonales lo constituyen las diversas publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana. Cuando la Sra. Eddy estableció estos heraldos, ella dio a cada uno de ellos un papel específico en la actividad que desempeñan de difundir el Consolador para la salvación del mundo. Ella escribe: “He dado el nombre a todas las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana. La primera fue The Christian Science Journal, destinada a dejar constancia de la Ciencia divina de la Verdad; la segunda la denominé Sentinel, cuya misión es mantener guardia sobre la Verdad, la Vida y el Amor; la tercera, Der Herold der Christian Science, fue fundada para proclamar la actividad universal y disponibilidad de la Verdad; la siguiente la llamé Monitor, para difundir indivisiblemente la Ciencia que opera inagotablemente. El propósito del Monitor es no hacer daño a ningún hombre, sino bendecir a toda la humanidad”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 353.

El temor y la duda nos inducirían a creer que sin pregonar o divulgar de una manera sensacional el mensaje del Cristo, la Verdad, éste se perderá para las generaciones futuras. Pero a medida que el trabajador consagrado y que apoya la iglesia se vuelve consecuentemente a la realidad espiritual, a esa ciudad celestial a la que se refiere el Apocalipsis, él reconoce que los métodos de la materia constituyen una trampa. La mente mortal egoístamente trataría de poner la propagación de la Palabra de Dios meramente sobre los hombros humanos cuando, en realidad, ha sido el trabajo de Dios todo el tiempo. El libro de texto dice: “Esa ciudad de nuestro Dios no necesita ni sol ni satélite, porque el Amor es su luz y la Mente divina es en sí misma su propio intérprete. Todos los que se salvan tienen que andar en esa luz”.Ciencia y Salud, pág. 577.

La sugestión agresiva trataría de tergiversar y manejar el trabajo de apoyo que se hace por la iglesia. Sugeriría que el mejor trabajo que un miembro de la iglesia puede hacer en apoyo de un heraldo, tal como una Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana, es el de apoyarlo sólo con meros gestos exteriores. En relación a esto, hay una lección para nosotros en el reproche que Jesús hizo a Marta por ocuparse de los asuntos materiales en un momento en que algo profundamente más importante estaba sucediendo alrededor de ella. Cuando se quejó que su hermana María, quien había estado escuchando las enseñanzas de Cristo, le había dejado servir sola, él respondió: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”. Lucas 10:41, 42.

La acción externa verdaderamente exitosa es realmente el resultado de la acción interna: la oración. Cuando basamos nuestro apoyo a la iglesia orando en primer lugar y estableciendo en nuestra consciencia los hechos de la realidad espiritual, podemos ser guiados a tomar ciertos pasos humanos, tales como el uso de medios de comunicación para apoyar la actividad de la iglesia. Pero nunca estos pasos podrán ser la causa de una acción exitosa. Estos pasos humanos sólo serán el efecto ordenado de comprender que el Espíritu divino es el único que comunica la Verdad. Dios hace conocer Su verdad por Sus propios medios.

En concordancia con la tentación de confiar en las vías y medios humanos para difundir la palabra de Dios, está la sugestión que la humanidad nunca ha sido tan materialmente orientada en la historia; que tiene poco o ningún interés en las obligaciones espirituales. En verdad, nunca ha existido una época mejor para difundir la Palabra. El materialismo y sus falsas promesas de felicidad han dejado a muchas personas insatisfechas y sin curación, sintiendo ansias por conocer algo superior. Las manifestaciones exteriores de violencia, inmoralidad y afición a las drogas, no son ciertamente evidencia de contentamiento con la materia por parte de la humanidad. Éstas son síntomas de un llanto desesperado, de frustración con lo que el materialismo ofrece.

En realidad, hay una sola clase de discípulo cristiano: el que anhela a Dios humilde y espiritualmente. Y su único propósito a través de su vida es la constante búsqueda de un mayor entendimiento del verdadero significado de la vida. Nada puede nublar este deseo correcto. Ningún pretexto de temor, ignorancia, intelectualidad, jerarquía médica o teología materialista, puede hacernos temer, ignorar, comprender mal, formar conceptos erróneos o desear acabar con el conocimiento de Dios y Sus heraldos.

La promesa de San Juan acerca de la santa ciudad será cumplida, no solamente en las Salas de Lectura de la Ciencia Cristiana, sino en todos los heraldos verdaderos de la iglesia. La Sra. Eddy escribe: “Poderosos potentados y dinastías entregarán sus honores en la ciudad celestial. Sus puertas se abren hacia la luz y la gloria tanto adentro como afuera, porque todo es bueno, y en esa ciudad no puede entrar ‘ninguna cosa inmunda, o que hace... mentira’ ”.Ciencia y Salud, pág. 577.

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