Abraham, quien vivió casi tantos años antes del nacimiento de Cristo Jesús, como nosotros hemos vivido después de su nacimiento, escuchó el mensaje de Dios para que llevara a su pueblo a un lugar donde pudiera vivir y prosperar. Obedeciendo a Dios, condujo a su pueblo a Canaán, donde encontró una tierra buena para el pastoreo, con árboles y agua.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!