Una escena notable en los Evangelios presenta a los discípulos preguntando a Jesús: “¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?” Su respuesta comienza con una acción: “Llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos”. Después explica la necesidad de ser como niños para entrar en el reino, agregando que “cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe”. Mateo 18:1–5. Bajo la luz de estas palabras, las primeras palabras del Artículo XX del Manual de La Iglesia Madre por la Sra. Eddy adquieren un significado especial: “En las clases de la Escuela Dominical de toda Iglesia de Cristo, Científico, se admitirán alumnos hasta la edad de veinte años...”
La declaración de la Sra. Eddy nos lleva a algunas preguntas importantes:
¿Cuán preparados estamos para “admitir” a estos jóvenes, en el sentido más completo de esa palabra?
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