Si se nos critica o acusa injustamente, ¿cómo reaccionamos? ¿Con resentimiento, justificación propia, sentimientos heridos...?
Cuando nosotros no participamos directamente en tal situación es mucho más fácil darnos cuenta de cuán estériles son tales reacciones. Sabemos, por ejemplo, que el abrigar resentimiento contra alguien que nos ha causado daño es, en sí mismo, un daño que finalmente ocasiona mayor sufrimiento y aflicción.
Una reacción humana más sutil hacia la crítica y acciones injustas puede asumir la forma de una silenciosa reserva mental como, por ejemplo, la de esperar cierta compensación, cierta restitución o pago por la “deuda” que creemos se nos debe. Esto es también estéril y carente de curación.
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