¿Nos castigamos, algunas veces, mentalmente por alguna flaqueza humana que hubiéramos perdonado fácilmente a los demás? Los sentimientos de culpa, a veces un tormento íntimo que nos angustia, no necesariamente son aguijones de la consciencia. Pueden ser resultado de la crianza y pueden indicar la necesidad de curación más bien que de remordimiento sincero.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!