La conferencia ha terminado.
Pero la esencia de este obsequio
aún con nosotros está.
¡La visión que nos brindó
(el monte al que nos condujo,
tan suave, poderosa y diestramente)
nos despertó a la realidad,
nos elevó a la infinitud,
nos animó a la curación!
El evento pasó. Mas
la presencia del Cristo, al igual que
la curación, perdura.
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