La música se considera a menudo portadora de mucha inspiración. En cada culto religioso que se celebra en una Iglesia de Cristo, Científico, la música tiene una función que desempeñar.
Pero la Ciencia Cristiana también se refiere a la música en sentido figurado cuando compara los pensamientos con notas musicales. El despertar espiritual que esta Ciencia trae es más que un alivio temporario, pues revigoriza y sana permanentemente. Esto se logra apartándonos de un punto de vista material para adoptar uno espiritual. La Sra. Eddy escribe: “La música es el ritmo de la cabeza y del corazón. La mente mortal es el arpa de muchas cuerdas, que expresa discordancia o armonía, según sea humana o divina la mano que la pulse”. Ciencia y Salud, pág. 213.
Es evidente de por sí que las cuerdas del arpa no pueden emitir sonido por sí mismas; deben ser pulsadas. Y nuestras cuerdas mentales, cuando sólo las toca la mente humana, tienden a permanecer en concordancia con los conceptos, limitaciones, fracasos, hábitos, recuerdos y obsesiones mortales. Éstos a su vez parecen producir tensión y frustración. Con desviar la atención de ello no se logra la curación, porque esta actitud solamente no puede establecer una base más espiritual de pensamiento.
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