Como Científica Cristiana de toda la vida, puedo dar testimonio de haber recibido abundante evidencia de la totalidad de Dios. Estas pruebas de Su omnipotencia me han traído un hermoso sentido de libertad.
Cierta vez, tuve que enfrentar un difícil y prolongado asunto de negocios. Para concluirlo, finalmente acepte, bajo ciertas condiciones, renunciar a la mitad del dinero que legítimamente me correspondía. Se me debía abonar esta suma menor a lo largo de un período de siete años. Aún así, sentí que había sido presionada a aceptar una limitación, y esto me enfurecía. Había estado orando todo el tiempo en la Ciencia Cristiana, pero se me hacía difícil poder aceptar las condiciones sobre este asunto.
Entonces, un día, me pregunté: “¿Presiona Dios?” Claro, yo sabía que El ciertamente no hacía esto, y entonces razoné que la presión era imposible. Alrededor de un mes más tarde, la situación cambió. Se me abonó la totalidad del dinero cinco años antes de lo previsto, y, también, la justicia se hizo evidente generosamente en otras formas.
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