El estudio de Ciencia Cristiana me ha traído muchos años de felicidad, salud y satisfacción. Hace años, cuando mis amistades vieron que yo tenía una gran necesidad de mejorar mi salud, persistieron en invitarnos a mi esposo y a mí para que fuéramos a conferencias y cultos de la Ciencia Cristiana con ellos. Después de haber aceptado sus invitaciones varias veces, una vislumbre de la realidad espiritual permaneció conmigo, y comencé a estudiar la Lección Bíblica publicada en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana.
En esa época, teníamos un bebé y un niño de dieciocho meses, y yo no podía cuidarlos debido a la enfermedad que me había tocado en suerte durante casi toda mi vida. (Anteriormente, los doctores les habían dicho a mis padres que yo no viviría hasta ser adulta.) Más o menos por este tiempo, el médico de nuestra familia me dijo por teléfono que fuera a su consultorio para hacerme un examen. El examen, que incluyó tomar rayos X, reveló una mancha en un pulmón, y esto nos preocupó, ya que se sabía con certeza que había habido casos de tuberculosis en mi familia.
Entonces, mi esposo y yo comenzamos un estudio muy serio de la Biblia y del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. Por medio de nuestras oraciones y nuestro estudio, encontramos esperanza e iluminación, pues el libro de texto iluminó el significado espiritual de la Biblia.
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