La mayoría de las veces, la materia nos parece tan sólida como una roca. Pero para vencer la creencia en su realidad, debemos orar hasta que veamos que la materia no es sustancia, sino una falsa manera de pensar. Cuando vemos esta ilusión a través del amor, y la comprendemos con amor, aunque sea parcialmente, nuestra consciencia se llena de una maravillosa luz.
!Con cuánta frecuencia este mito de la realidad de la materia quisiera interponerse entre nosotros y nuestros logros, planes, nuestras esperanzas y nuestra salud! La Descubridora y Fundadora de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), Mary Baker Eddy, pregunta en Escritos Misceláneos: “¿Qué pareciera interponerse como una piedra entre nosotros y la mañana de resurrección?” En el párrafo siguiente contesta: “Es la creencia de que hay mente en la materia. Sólo podemos llegar a la resurrección espiritual cuando abandonamos la antigua consciencia de que el Alma está en los sentidos”. Esc. Mis., pág. 179.
Un estudio de la palabra “materia”, con la ayuda de las Concordancias del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras y las otras obras de la Sra. Eddy, puede traer revelación y resurrección al pensamiento. Nos muestra que las pretensiones de la materia a gobernar nuestra existencia son una irrealidad.
La insensibilidad de pensamiento expresada en enojo, celos, orgullo egotista, el pisotear a otros para llegar a la cúspide en los negocios o en la sociedad, quisieran ocultar el bien espiritual y la presencia del Cristo que podrían disolver estos obstáculos.
¿Qué es la presencia del Cristo? Pablo habla del “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”. Col. 1:27. La vida de Pablo y sus formidables curaciones y victorias ilustran al Cristo, la Verdad. La compasión ante la presencia de la dominación, la culpa y el odio manifiesta al Cristo. La confianza en el bien, Dios, quien es Todo-en-todo — como las enseñanzas de la Ciencia Cristiana exponen — eclipsa toda clase de pecado. Aun cuando el temor pueda parecer como una piedra fría y dura en muchos casos, la Biblia nos dice: “El perfecto amor echa fuera el temor”. 1 Juan 4:18.
El estar hambriento de bien y de más vida espiritual también indica que el Cristo está obrando en la consciencia. Por otra parte, la competencia injustificada y egoísta en el mundo de los negocios, en las actividades sociales, y dondequiera que la gente se reúna, se asocie y trabaje junta, puede ser tan dura como una roca para el pensamiento sensitivo.
La manera en que Jesús vivió la idea-Cristo, su ejemplo eterno para toda la humanidad, ha hecho disponible la resurrección a quienquiera que siga sus pasos y deje que el niño Cristo nazca — despierte — en el pensamiento, en la vida, en el ser y en la acción individual.
Una declaración muy prometedora y emocionante de la Biblia nos dice: “Un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella”. Mateo 28:2. El párrafo en Ciencia y Salud que tiene el título marginal “Removida la piedra”, es una bendición que pide que sea aceptada por cualquier buscador sincero de la Verdad. Dice: “!Gloria a Dios y paz a los corazones que luchan! Cristo ha rodado la piedra de la puerta de la esperanza y fe humanas, y mediante la revelación y la demostración de la vida en Dios, las ha elevado a una posible unión con la idea espiritual del hombre y su Principio divino, el Amor”. Ciencia y Salud, pág. 45.
La cordialidad del Amor, si le permitimos que penetre profundamente en el pensamiento y después la vivimos, es el antídoto contra esta piedra de la mortalidad, que puede parecer tan fría y obstinada; pero que no lo es. Ciertamente nuestro gran Maestro, Cristo Jesús, rodó esta piedra en innumerables ocasiones.
La referencia bíblica sobre la cual se basa esta exposición encierra mucha promesa. Nosotros también podemos dejar que el ángel del Señor, la inspiración e intuición espirituales, ruede la piedra de la mortalidad y nos libere así de la prisión en la cual quisiera encerrarnos la mente mortal. Entonces, donde la piedra una vez pareció estar, empezaremos a percibir la sustancia espiritual de “roca” como está definida en el Glosario del libro de texto de la Ciencia Cristiana: “Cimientos espirituales; la Verdad”. Ibid., pág. 593.
Usando las Concordancias de los escritos de la Sra. Eddy, podemos darnos cuenta de que un estudio de las referencias sobre la palabra “piedra”, y las palabras relacionadas con ella, puede ser muy iluminador. En cierta ocasión, quien escribe este artículo, tuvo una curación importante de un resfrío severo y profundamente arraigado, como resultado de la iluminación derivada de una referencia sobre la palabra “piedrecillas” en Escritos Misceláneos. La Sra. Eddy pregunta: “¿Estamos quitando las frías y duras piedrecillas del egoísmo, revelando los secretos del pecado y puliendo nuevamente las ocultas gemas del Amor, para que éstas aparezcan en su pura perfección?” Esc. Mis., pág. 343. Si sinceramente podemos dar una respuesta afirmativa a esta pregunta, estamos haciendo nuestra parte en rodar la piedra de la mortalidad.
Toda la humanidad necesita la gran sinceridad y el enternecimiento que vienen de la actividad del amor espiritual. Si nuestro amor es lo suficientemente profundo, sagrado y consagrado, puede llegar a los corazones de quienes claman para que cese la dureza y frialdad de la mente mortal y de mortalidad. La mente mortal — toda mortalidad — es una mentira, por tanto, no es una base confiable para nuestra vida. La confianza en la mortalidad jamás rodará la piedra. Verdaderamente, el amor libera siempre que se le permite sinceramente obrar en la consciencia individual: desde la manifestación más pequeña de amor hasta la de mayor magnitud.
En nuestra vida diaria hacemos pequeñas mas, no obstante, importantes decisiones. Uno puede pelar una papa con afecto; uno puede dirigirse a una gran asamblea con afecto. O uno puede hacer estas cosas superficialmente. La primera es la manera del pensamiento angelical. La última es la manera del sentido falso y mortal.
Es esencial que dejemos que el gran amor ejemplificado por el Maestro y su seguidora, la Sra. Eddy, trabaje en las minucias de nuestra vida diaria. La inspiración pura que obtenemos es el ángel que remueve la piedra de la mortalidad, y que abre la salida para que escapemos de cualquier tumba de oscuridad mental y angustia física, hacia la realidad del verdadero ser espiritual y armonioso.
    