Hace muchos años estuve presente mientras se hipnotizaba a una mujer. Como si fuera un robot, obedecía a todo lo que llegaba a su pensamiento por conducto de la voz que le daba órdenes.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!