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Videoconferencia del 8 de diciembre: “Vivir para toda la humanidad”

Del número de mayo de 1985 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Esta videoconferencia fue transmitida desde el Edificio Original de La Iglesia Madre en Boston, por medio de seis satélites, a 25 países, y se recibió en cerca de 148 diferentes lugares. uno de los miembros de La Junta Directiva de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens), presentó el programa. Durante el transcurso del programa, a las personas que participaron en la transmisión desde Boston se les unió un grupo de personas en Greenwich, Inglaterra. Se ha enviado un ejemplar gratis de este Heraldo a todos los miembros de habla hispana de La Iglesia Madre.

[La reunión se inició mostrando una breve película de una vista aérea de Boston que finalizó enfocando a La Iglesia Madre. El siguiente es un texto condensado.]

En Nueva Inglaterra, tierra de la Mary Baker Eddy, hay una antigua tradición: la reunión de municipio. Es una de las formas de incluir a todos en la comunidad para que tomen decisiones y actúen de acuerdo con ellas. Hoy, hemos tomado este concepto y lo hemos ampliado para hacer de él una reunión de municipio de alcance mundial. Bajo el tema vivificante de “Vivir para toda la humanidad”, les pedimos a ustedes que llenen el vacío entre las distancias y el tiempo que quisieran separarnos y nos unamos a medida que consideramos los peligros con que nos enfrentamos y el cumplimiento de las profecías.

Y ahora, desde Boston, uno de los miembros de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana: Harvey Wood.

Sr. Wood: Gracias, John. Me gustaría saber lo que algunos de ustedes habrán visto u oído durante la apertura del programa. ¿En qué pensó usted cuando supo por primera vez acerca de esta reunión? .

Sr. Nelson: Harvey, me conmovió que me exige un afecto y modestia más grandes en mi comprensión de iglesia. Los sonidos y los símbolos de la iglesia significan que justo en medio de la comunidad, justo en medio de toda la vida, de toda la vida en todas partes, allí mismo está la presencia de la autoridad espiritual, la presencia de Dios con nosotros, la presencia de la paternidad y maternidad de Dios con todos Sus hijos.

Sr. Wood: Gracias, Rob. Permítanme decirles algo de lo que ocurrió cuando enviamos la carta que todos ustedes recibieron para invitarlos a esta reunión. Se inició un diálogo maravilloso entre el Movimiento y la Secretaria de La Iglesia Madre. Es un diálogo que ha comenzado y, tengo entendido, todavía continúa. Bea, como Secretaria de La Iglesia Madre, díganos qué está ocurriendo.

Bueno, son momentos emocionantes, es un diálogo emocionante. Hay una carta que me gustaría mucho leerles: “Notamos en una edición reciente del Monitor, un mensaje de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana llamando a los miembros a que tengan un día de oración mundial el 8 de diciembre: orar para vivir para toda la humanidad. Somos suscriptores y fieles lectores del The Christian Science Monitor. No somos miembros de la Iglesia. Somos miembros de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos de América. Alabamos a la Junta Directiva por este llamado a la oración de alcance mundial. Nos uniremos con ustedes en oración ese día en compañerismo cristiano”.

Sr. Wood: En todas sus obras publicadas, la Sra. Eddy ha estado convocando a sus seguidores para que reconozcan, y acepten, su propia responsabilidad para con el mundo, para con la humanidad. Permítanme darles un ejemplo. Recuerdo uno en que la Sra. Eddy se refirió al llamado “solemne e imperioso”. Es donde, tal vez recuerden, hace una pregunta a sus seguidores: ¿“Pondréis de lado” algo? “¿Pondréis de lado vuestra tibieza y os convertiréis en verdaderos y consagrados guerreros?” (Escritos Misceláneos, pág. 177). Otro llamado es del que se tomó el título de este programa y en donde la Sra. Eddy define lo que significa ser un Científico Cristiano: el que “Vive para toda la humanidad...” (Esc. Mis., pág. 294). Por supuesto, el hacer esto entraña encarar algunos enemigos que están al acecho: peligros, si así lo quieren. Pero el asunto es que podemos encararlos. Cuando lo hacemos, las promesas para la humanidad están más allá de la imaginación.

Esta reunión es sobre vidas. Es acerca de la humanidad. Es acerca del Cristo que habla a la consciencia humana mediante aquellos que están viviendo la Verdad. Es acerca de corazones que hablan a otros corazones. Es acerca de corazones grandes que están aprendiendo a ser más grandes.

La indiferencia para con nuestro prójimo y sus necesidades es un síntoma seguro de corazones pequeños y mentes pequeñas. A Mary Baker Eddy no hacía falta decirle que había un mundo en necesidad. Estaba impulsada por la urgencia espiritual de compartir la revelación dada a ella por Dios, y fue sanada espiritualmente. Descubrió que había encontrado un elemento del cristianismo que se había perdido, y, por lo tanto, lo compartió.

Trabajando con constancia, empezó a vivir su vida para el mundo. Eso lo verán a través de sus escritos. Es una profeta. Siempre está previendo la gran promesa para la humanidad. Por ejemplo, en un lugar dice: “Por la victoria sobre un solo pecado, damos gracias y engrandecemos a Jehová de los Ejércitos. ¿Qué diremos del portentoso triunfo sobre todo pecado?” (Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 568). Eso es una profecía. Si los Científicos Cristianos viven sus vidas para la humanidad, veremos el cumplimiento de esa profecía. Sí, la Sra. Eddy era una profeta, en el sentido más elevado de la palabra. Me impresionó un artículo editorial que apareció en una de nuestras publicaciones periódicas. Le pedí a Bill Moody, uno de los redactores adjuntos, si le gustaría compartirlo con nosotros, haciendo un simple resumen, dándonos la sustancia de ese editorial.

Sr. Moody: Harvey, una de las cosas que indica el editorial es lo que debiéramos esperar en los años venideros. Sabemos que en Pulpit and Press, la Sra. Eddy predijo que el siglo veinte sería testigo de que iglesias cristianas, en todas partes, practicarían la curación espiritual. Pero puso en claro que hay una importante condición que es necesaria para que la profecía se cumpla: fidelidad a la Verdad, evidenciada en las vidas de los Científicos Cristianos. La Sra. Eddy escribe (Pul., pág. 22): “Si las vidas de los Científicos Cristianos dan testimonio de su fidelidad a la Verdad, predigo que en el siglo veinte toda iglesia cristiana en nuestra tierra, y algunas en tierras lejanas, se aproximarán a la comprensión de la Ciencia Cristiana suficientemente como para curar al enfermo en su nombre”.

De manera que a cada uno de nosotros se le exige individualmente que tengamos el cuidado en nuestra propia vida, en nuestros móviles y en nuestros deseos, de ser fieles al Cristo. Entonces, con nuestros testimonios, nuestra fidelidad genuina a la Verdad, continuaremos evidenciando en el mundo el crecimiento de una comprensión más profunda de la Ciencia del Cristo, una comprensión suficiente para curar espiritualmente.

No obstante, hay algo más a lo que la Sra. Eddy se refiere en lo concerniente a nuestra época. En sus escritos hay, en realidad, dos lugares donde ella comentó específicamente sobre los peligros que enfrentaría la humanidad en el siglo veinte. Tengamos presente que ella escribía al final del siglo pasado, como muchos pensadores lo hacían. Esos años finales del siglo son típicos por la intensidad de ideas e ideales: de un examen cuidadoso en cuanto a dónde ha estado la humanidad y hacia dónde vamos nosotros. Ver la referencia de un periódico en Pul. 23:18–24. La Sra. Eddy pensaba profundamente sobre esto. En un lugar, señala los peligros del “imperialismo, monopolio y un laxo sistema de religión” (ver The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany 129:3–5). En otro lugar, habla del peligro de “ritos, credos y consorcios en lugar de la Regla de Oro” (ver Miscellany 266:3–9), que es la regla que Jesús nos dio: “Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12).

Harvey, creo que esa sencilla regla contiene un tremendo impacto científico para nosotros y para nuestro mundo. ¿Acaso no implica el “hacer con ellos” la más profunda manera de orar y ver a la humanidad, a toda la humanidad, como el hombre realmente es, la imagen pura de la Mente o Espíritu? Estamos hablando de mirar profundamente en la realidad y encontrar allí el profundo amor que surge de esa visión. Esta es la manera en que vemos al hombre en la Ciencia. Esta es la manera en que curaba Jesús. Esto literalmente cambia al mundo, a cada corazón individualmente. Ver “Looking to the future: Signs of the times, spiritual progress, and the Golden Rule” por William E. Moody. Christian Science Sentinel, 16 de agosto de 1982, págs. 1400–1404.

Sr. Wood: El interés que la Sra. Eddy tenía por el bienestar de la humanidad está ilustrado, en parte, en la formación de un Cuerpo de Conferenciantes que le hablaría a la humanidad. Tenemos a algunos miembros del Cuerpo de Conferenciantes que están presentes hoy entre nuestro público. , usted acaba de regresar de Europa, o...

Sr. Collins: En realidad, del Medio Oriente, Harvey. De hecho, hace justo tres días que mi esposa y yo regresamos del Cairo. Encontramos allí la evidencia notable de la certeza de nuestra Guía cuando dijo que hay “millones de mentes sin prejuicios... [que] esperan con anhelo” Ciencia y Salud (pág. 570): “Millones de mentes sin prejuicios — sencillos buscadores de la Verdad, fatigados peregrinos, sedientos en el desierto — esperan con anhelo descanso y refrigerio. Dadles un vaso de agua fría en nombre de Cristo y jamás temáis las consecuencias”. la luz del Cristo. Más del 75 por ciento de las personas que vinieron a las conferencias no eran Científicos Cristianos.

Durante los dos días subsiguientes a las conferencias, vino a verme gente que deseaba saber cómo podía estudiar esta Ciencia y ponerla en práctica. El ministro de una próspera iglesia cristiana de la región, que tiene congregaciones en Alejandría y El Cairo, vino para saber cómo podía presentar la curación cristiana a su gente. Espera ahora el envío de ejemplares de Ciencia y Salud.

Sr. Wood: Además del Cuerpo de Conferenciantes, está la Oficina del Comité de Publicación, que tiene una responsabilidad que requiere mucha atención... las relaciones con el público. Aquí está . Nathan, ¿qué le da a entender a usted todo esto?

Sr. Talbot: Por cierto que hay peligros que enfrentar. Creo que necesitamos hacernos de valor para enfrentar estos peligros de una manera realista. La Sra. Eddy habló, por ejemplo, de un “laxo sistema de religión”. Sin nuestra espiritualidad, sin una riqueza y fortaleza provenientes de la espiritualidad, la humanidad no va a reconocer al Consolador fácilmente. Va a ser mal representado. Va a ser comprendido erróneamente. Creo que necesitamos tener amor suficiente para con nuestro prójimo, interesarnos por su bienestar lo suficiente como para que alimentemos — que alentemos — su espiritualidad de pensamiento, de manera que puedan reconocer al Consolador.

La Sra. Eddy habla de “monopolio”. Hay muchas clases de monopolios hoy en día. Una clase tiene que ver con la forma en que cuidamos de nuestro bienestar, una manera material de cuidar de nosotros mismos. Tal vez uno de los aspectos más agresivos de ese monopolio hoy en día sea la medicina material. La curación espiritual va en contra de la corriente de la medicina material. Sacude el pensamiento; y creo que la razón por la que sacude el pensamiento humano es porque la curación espiritual llega directamente al corazón de esta insistencia dominante que dice que tenemos que recurrir a la materia en lugar del Espíritu para salvarnos y sanarnos. Este sacudimiento, creo, es una señal maravillosa.

Y la Sra. Eddy también habló del “imperialismo”. Hay una intromisión gubernamental en las vidas individuales, las vidas espirituales.

Pero creo, Harvey, que el punto que hay que tener presente es que todos aquí hoy alrededor del mundo podemos hacer frente a estos peligros, y podemos hacerlo con serenidad espiritual y con profunda seguridad espiritual. Podemos hacerlo de la manera en que David lo hizo con Goliat. La Biblia dice que se dio prisa para encontrarse con Goliat. Y prevaleció, ¿no? (Ver 1 Sam. 17:47—50.)

Sr. Wood: Ahora, , uno de los miembros de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana, y , Gerente de la Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana, tomarán la palabra.

Sr. Hoagland: Hemos estado pensando mucho durante las últimas semanas, que ésta no es la primera vez que los Científicos Cristianos han recibido el urgente llamado de amar a Dios más profundamente y más eficazmente mostrando un amor más efectivo para con su prójimo, quien es, en realidad, el amado hijo de Dios. Sé que usted y yo, Hal, hemos pensado mucho acerca de ese notable período de cien días en 1908, que era bastante similar, cuando la Sra. Eddy pidió a sus trabajadores que empezaran un diario, y que lo hicieran de inmediato. Debía ser un periódico que bendijera a toda la humanidad.

Esto me fue mostrado vívidamente en un editorial que Archibald McLellan escribió en el Christian Science Sentinel, como usted recordará, cinco semanas antes de que apareciera esa primera edición del Monitor (Ver Sentinel, 17 de octubre de 1908, pág. 130). El habla acerca de la misión del periódico, de su propósito, y luego tiene una maravillosa e inclusiva declaración acerca del público, de los lectores. Dice que el Monitor “atraería a los hombres y mujeres buenos de todas partes que están interesados en el mejoramiento de todas las condiciones humanas...” Esa es una maravillosa descripción de nuestros lectores. Y ellos están en todas partes; están en más de ciento cincuenta países, es gente que está interesada en el mejoramiento de todas las condiciones humanas, que sienten afecto y amor por nuestro prójimo. Sé que usted ha pensado mucho sobre esto. Durante los últimos dos años usted me ha dicho cosas estupendas sobre cómo es que la persona que tenga esos móviles puede usar el Monitor eficaz y sistemáticamente.

Sr. Friesen: Todos estamos conscientes de dos cosas: velar y orar. De hecho, la Sra. Eddy usa esas dos palabras juntas con bastante frecuencia: “velar” y “orar”. El Monitor nos proporciona una manera eficaz y constante con la cual podemos observar al mundo. Podemos examinar las actitudes mentales y asegurarnos de que no nos están abrumando, de que podemos encararlas mediante la oración, e, idealmente, hacerlo antes de que se arraiguen.

Nuestro propósito metafísico es percibir que hay una sola clase de arraigo, el arraigo de la ley de Dios, y que estas falsas creencias no pueden arraigarse. Si no incluimos al mundo en nuestra manera de pensar, el mundo nos va a incluir en su manera de pensar. Nuestro pensamiento inspirado trae consigo una bendición, pero las creencias mortales no tienen ningún bien que ofrecer a nadie. Si realmente percibiéramos que los acontecimientos son sólo pensamientos, y si quisiéramos mejorar esos acontecimientos, tenemos que mejorar los pensamientos.

Sr. Hoagland: Usted recuerda que hace dos años, nosotros [parte del personal de la Sociedad Editora] tuvimos una serie de conversaciones con lectores del Monitor, principalmente con aquellos que han mostrado su obligación moral de mejorar las condiciones humanas, como dijo el Sr. McLellan. Hubo un hilo común de continuidad en las respuestas que recibimos: fue la manera en que el Monitor ayuda a sus lectores a penetrar esas barreras engañosas de desamparo o desesperanza. Hubo un par de respuestas que realmente me impresionaron. Una era de un famoso redactor de una revista literaria que ha dedicado bastante tiempo de su carrera en pro de la paz mundial. Y dijo acerca del Monitor: “El The Christian Science Monitor da sustancia a la creencia de que no es necesario que la gente esté condenada a sentimientos de desamparo”.

También hay un escritor sudafricano que se ha dedicado a la igualdad y la libertad humana. He encontrado que sus comentarios son muy conmovedores: “El Monitor no presta oídos a ninguna de las creencias en la maldad irredimible del hombre, o en la futilidad del esfuerzo humano. Es un periódico que brinda una expectativa sobria y responsable”.

Sr. Friesen: Cuando los escritores y los lectores abran sus ojos a las necesidades reales de la humanidad, cuando sus oídos estén a tono con el mensaje del Cristo, cuando estén deseosos de decir la verdad con intrepidez, estoy seguro de que veremos que los acontecimientos han cambiado. Veremos al mundo sanado.

Sr. Hoagland: Usted mencionó a escritores. Les tenemos reservado un verdadero convite. Vamos a cruzar el Atlántico ahora, e ir a Greenwich, Inglaterra, donde un grupo de redactores y escritores del Monitor se han reunido en el Old Royal Observatory, un lugar maravilloso. Vamos a comunicarnos ahora con nuestro anfitrión en Inglaterra, .

Sr. Parrott: Reciban todos ustedes una calurosa bienvenida de parte de nuestros concurrentes aquí en Londres, y de nuestro grupo aquí en el Octagon Room. Hemos pedido a nuestro grupo que considere asuntos que afectan a cada uno de nosotros, dondequiera que estemos, y que nos los identifiquen muy claramente. Quisiera presentarles a nuestros disertantes.

A la izquierda está . David informa desde Londres sobre el Reino Unido e Irlanda. Le sigue . Ella es nuestra jefa en la oficina en Washington, D. C. De este lado está , nuestro corresponsal del tercer mundo o naciones en desarrollo. informa desde Europa, desde Bonn, Alemania Occidental. Y nuestro moderador, , Jefe de Redacción del The Christian Science Monitor.

Sr. Nenneman: Gracias, John.

Momentos antes, Bill Moody se refirió a dos comentarios que la Sra. Eddy hizo a fines del siglo pasado, concernientes al siglo que entraba, el siglo veinte. Me gustaría leer una cita de Miscellany (pág. 266), en la que la Sra. Eddy habla acerca de algunos de los peligros que ella percibió que el mundo enfrenta. Entre ellos incluyó “las pretensiones de la política y del poder humano, la esclavitud industrial y la libertad insuficiente de competición honrada; y los ritos, credos y consorcios en vez de la Regla de Oro: ‘Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos’ ”.

A la Sra. Eddy parecía preocuparle todo lo que fuera el dominio político, económico o religioso ejercido sobre el individuo, dominio que quisiera impedir que éste demostrara su libertad espiritual como hijo de Dios. Vamos a hablar sobre algunos de los sistemas y estados de pensamiento en el mundo, que quisieran impedir la libertad del individuo, o en casos donde hay libertad, tal vez provoquen el mal uso de esa libertad.

Beb, usted ha cubierto para el Monitor varias series de negociaciones sobre la reducción de armamentos, y según parece, vamos a iniciar una nueva en 1985. ¿Qué nos puede decir acerca del estado de pensamiento que fundamenta la carrera armamentista de estas últimas décadas?

Srta. Pond: Creo que la referencia que la Sra. Eddy hace acerca de las pretensiones de la política y del poder humano, ciertamente describe el estado de pensamiento que fundamenta la carrera armamentista, la amenaza nuclear. Ciertamente, esto confirma lo que ella dice acerca de la materia, que se vuelve más destructiva y llega a “su cenit mortal en ilusión” (ver Ciencia y Salud, pág. 97:11–14). Este concepto de que el hombre es vulnerable, de que su vida puede ser extinguida en un instante, de que el poder es el poder de destrucción en lugar del poder de amar; y de que la humanidad está fragmentada y desamparada debido a esto, es una parodia blasfema, una farsa espantosa.

Srta. Saikowski: ¿No estamos, realmente, tratando con cualidades de pensamiento? En otras palabras, el problema verdadero no es la bomba material por sí misma, por muy destructiva que sea. Los problemas fundamentales están realmente en las cualidades negativas de pensamiento, en las emociones toscas que llevan al conflicto. De manera que éstas deben realmente enfrentarse en la consciencia individual. Nadie tiene por qué amedrentarse por la perspectiva de la aniquilación nuclear, porque siempre podemos dirigirnos hacia nuestra propia manera de pensar. El desafío está en la consciencia individual. Y en la medida, por ejemplo, en que podamos vencer dentro de nosotros mismos cualquier grado de egoísmo, hostilidad, envidia o estados de impaciencia, los estaremos destruyendo, no sólo para nosotros, individualmente, sino que estaremos ayudando a destruir estos errores para todo el mundo.

Sr. Nenneman: David, usted y David Winder nos han estado informando sobre el tercer mundo en años recientes y hoy tenemos el privilegio de tenerlos a ustedes dos con nosotros. Aparte de los temores y otras maneras de pensar que pudieran fundamentar una carrera armamentista, y aparte de su propio reportaje sobre los problemas del tercer mundo, tales como el hambre y la superpoblación, de los cuales ustedes han hecho una serie este año, ¿qué estados de pensamiento de la gente o de los gobiernos cree usted que han tenido que encararse?

Sr. Willis: Me gustaría empezar por Etiopía, porque acabo de regresar de allí, y está en el pensamiento de la gente. Me parece que el hambre de la cual leemos tanto, es fundamentalmente un hambre de ideas. Me pareció que, en el mismo sentido, el desierto sobre el cual caminé era el “yermo de las esperanzas humanas” del cual habla la Sra. Eddy (ver Ciencia y Salud 566: 1–9). Ese es el desierto que necesita ser regado con la inspiración que cada uno de nosotros puede traer.

Sr. Nenneman: Usted no quiere decir que no necesitamos alimentar a la gente.

Sr. Willis: No, de ninguna manera. Quiero decir que empezamos con el pensamiento a poner la base desde la cual podemos después tomar la clase de acción humana inspirada que cada uno de nosotros pueda tomar. Es decir, que cada uno de nosotros tiene una misión individual que cumplir, en el pensamiento, y después, en la acción humana que procede de él.

Sr. Nenneman: Ciertamente que uno de los desafíos que se le hacen al mundo, es seguir desarrollando un sistema de comunicación, una red de eslabones que sea apropiada para cada etapa de desarrollo. Una de las cosas en que pienso es en la palabra “nacionalismo” porque creo que en el tercer mundo hay casos de nacionalismos que han sido muy productivos y otros que han sido divisivos. ¿Podría usted darnos un ejemplo de uno o del otro?

Sr. Winder: Bueno, creo que tenemos que subrayar el hecho de que el nacionalismo es uno de los peligros más grandes que encaran al mundo hoy en día, y puso usted el dedo en eso cuando dijo que es divisivo. Es divisivo porque es tan estrecho, tan exclusivo en su búsqueda de una identidad en particular, que necesariamente esto es a costa de otras naciones.

Sr. Willis: Al mismo tiempo, me refiero a su punto anterior. Quien haya estado en Etiopía recientemente ha visto que allí hay tres clases de nacionalismo, todos ellos peleando entre sí. Está el gobierno central, el de Eritrea y el de Tigré. Y, por supuesto, si usted lee los titulares de los periódicos acerca de Sri Lanka, verá que allí hay dos nacionalismos.

Sr. Nenneman: Sí. Necesitamos hablar sobre el desafío de la ideología comunista.

Srta. Saikowski: Bueno, ciertamente uno de los grandes desafíos que encaramos es la relación entre las dos superpotencias actuales, y, también, la naturaleza del sistema soviético, el cual es hostil al del oeste y al de muchas otras partes del mundo. Hay aquí un país comunista en el cual el individuo está subordinado al estado, en el cual hay una libertad política y económica limitada, en el cual el culto religioso está sumamente restringido. Además, es un estado que tiene ambiciones imperialistas.

Sr. Nenneman: Creo que muchos de nosotros podemos comprender que la gente, como individuos, tiene una gran capacidad para cambiar. Pero nos preguntamso si el sistema soviético, o cualquier otro sistema que es más o menos totalitario, puede cambiarse a sí mismo.

Srta. Pond: Oh, por supuesto. Veamos solamente los cambios, que, de hecho, ya han ocurrido en la Unión Soviética entre los tiempos del estalinismo y los de hoy, o los cambios que han ocurrido en el imperio soviético en la Europa Oriental. Veamos los cambios en China en sólo la década entre la revolución cultural y la clase de incentivo económico que está ocurriendo hoy en día. Por supuesto, es difícil, es difícil en cualquier sistema. Es difícil cambiar cualquier sistema de pensamiento inflexible, ya sea en el Este o en el Oeste. Pero hay ejemplos alentadores donde esto ha ocurrido.

Sr. Nenneman: Bueno, a esta última sección la hemos llamado el punto de saturación del materialismo. Parece que en muchas partes del Occidente la gente se ha enriquecido tanto y la vida es tan fácil que han perdido el sentido de aquello en que consistía su libertad en primer lugar. Hemos hablado algo respecto a ello. Creo que a todo este grupo le gustaría hablar sobre el asunto. David Winder ¿querría usted comenzar?

Sr. Winder: Ante todo, debemos tener cuidado al hablar de saturación, el concepto de que nadie estuvo en mejores condiciones antes, porque nos estamos dando cuenta de que aquí en Europa millones de personas no tienen empleo. Es obvio que tienen gran temor. Pero no hay duda de que existe un exceso de materialismo. Eso de “nosotros queremos lo que queremos, cuando nosotros lo queremos” es un sentimiento muy compulsivo que está invadiendo a la sociedad occidental. Alienta a la avaricia, al egoísmo y a la satisfacción de los propios deseos.

[, (Kay) Redactora del The Christian Science Monitor, , Jr., (Skip) Redactor de las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana, han tomado la plataforma en Boston.]

Sra. Fanning: Quiero expresar mucho agradecimiento a nuestro grupo en Londres. Han estado maravillosamente bien. Tendremos que dejarlos por ahora, pero espero que los veamos nuevamente mediante la comunicación por satélite.

Los escritores y redactores del Monitor hacen un gran esfuerzo por dar énfasis tanto a los triunfos como a las tragedias de la vida y a las circunstancias de la gente. Pero la Sra. Eddy prestó mucha atención a los nombres que dio a sus publicaciones periódicas. El nombre “Monitor” era de gran importancia para ella, y un “monitor”, de acuerdo con el diccionario, es uno que advierte o instruye. Entonces, en cierto sentido podríamos decir que el Monitor ayuda a fijar la agenda para nuestras oraciones. ¿Tienen ustedes en el Departamento de Redacción del Journal, Sentinel y Heraldo una agenda similar, por ejemplo, como la de los cinco puntos principales que acaban de exponer en Londres?

Sr. Phinney: Kay, sé que ha sido una semana muy ocupada para usted, pero permítame mostrarle el ejemplar del Christian Science Sentinel del 10 de diciembre. Toda la edición es sobre el tema de “paz”. Uno de los artículos se llama: “Sanando la tensión internacional”. De manera que sí tenemos la misma agenda. Es inevitable tenerla, pues pensamos que la oración establece la agenda.

Mientras usted hablaba, yo estaba pensando en la declaración de la Sra. Eddy acerca de “la cadena del ser científico”.Ciencia y Salud (pág. 271): El cristianismo de Cristo es la cadena del ser científico que reaparece en todas las épocas, mantiene su evidente correspondencia con las Escrituras y une todas las épocas en el designio de Dios”.

Sra. Fanning: Sí, puede usted imaginarse, si viéramos a los Científicos Cristianos (y no sólo a los Científicos Cristianos, sino al mundo entero) reemplazar en sus oraciones el temor de una reacción nuclear en cadena con amor, una cadena de amor que llegara a todas partes del mundo. ¡Qué diferente sería! Y hablando nuevamente sobre los lectores, la unidad de los lectores y los escritores del Monitor y de las publicaciones periódicas de ustedes, es esencial para llevar adelante el propósito de la Sra. Eddy para sus publicaciones periódicas, dicho propósito es “bendecir a toda la humanidad”. Se necesita de lectores como también de escritores.

Sr. Phinney: Creo que podemos sacar una conclusión del interés de la Sra. Eddy en esa primera etapa de las noticias mundiales y, por supuesto, en la fundación del Monitor. Creo que podemos ver que ella no tenía temor de que el mundo, de alguna manera, influyera adversamente en los Científicos Cristianos. Estaba muy segura de que la nueva perspectiva espiritual que la Ciencia Cristiana estaba proporcionando sería la que influiría en el mundo. Fue una firme convicción de su parte desde el comienzo mismo. Bueno, me hace pensar en la oración de Jesús, en su declaración cuando estaba hablando con Dios, cuando estaba pensando más allá de la crucifixión, más allá de la resurrección y la ascensión, y pensando acerca del futuro de sus discípulos. El oró y dijo: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Juan 17:15).

Hemos hablado mucho en la reunión acerca del mundo, y tal vez es tiempo de detenernos un minuto y evaluar y ver lo que queremos decir. Me pregunto si no estamos hablando realmente de la consciencia humana. Como Científicos Cristianos, esperamos que el Cristo, la Verdad, sea una influencia siempre presente en la consciencia humana. Si es así, entonces esperamos ver la evidencia de ello — el leudar — el progreso en el pensamiento. Si no es así, tal vez podríamos verificar nuestras normas espirituales y ver por qué no es así. Hay un recordatorio interesante en la cubierta de toda edición del Christian Science Sentinel: las palabras de Jesús, las cuales son el lema del Sentinel: “Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad”. Cuando estamos espiritualmente alerta y vigilando, nada en la tierra puede convencernos de que el bien no continúa, o que la venida del Consolador no ha producido una gran diferencia. ¡Sí ha hecho una grandiosa diferencia!

Cuando nos mantenemos firmes espiritualmente — y los Científicos Cristianos dirían cuando nos mantenemos firmes metafísicamente — entonces la niebla y el humo de la batalla comienzan a despejarse, y empezamos a ver algo de esa influencia del Cristo en el pensamiento humano. Recuperamos nuestra visión espiritual, que es lo que tanto necesitamos, y lo que, de manera tan natural, nos lleva hacia adelante.

Sr. Friesen: Bueno, ciertamente tenemos mucho en qué pensar. Ninguno que esté escuchando o viendo lo que está ocurriendo hoy, puede decir que los Científicos Cristianos no están haciendo algo en bien de toda la humanidad, viviendo para toda la humanidad. Estamos haciendo mucho. Pero tenemos que hacer más. Hay una urgencia espiritual.

Ahora bien, parece apropiado hacer una pausa para tener un momento de oración silenciosa. Después, el Primer Lector y la Segunda Lectora de La Iglesia Madre nos guiarán para orar audiblemente el Padre Nuestro, con su interpretación espiritual del libro de texto de la Ciencia Cristiana (Ciencia y Salud, págs. 16–17). [James Spencer y Essie A. Diggs condujeron la oración en la reunión.]

Después de las oraciones, se mostró una breve película de la Junta Directiva haciendo su trabajo en la sala de los Directores.

Sr. Wood: Anoche, al prepararme para esta reunión del 8 de diciembre, consideré la palabra “ímpetu” y el uso de la Sra. Eddy de esa palabra, y creo que el único lugar en Ciencia y Salud donde la usa es en el capítulo “La práctica de la Ciencia Cristiana”. Hay un párrafo en el que, al comienzo, ella esboza cómo hizo su descubrimiento espiritual hace muchos años, y eso fue seguido de una acumulación de evidencia científica. Después dice de manera profética: “Gradualmente esa evidencia aumentará en ímpetu...” Ciencia y Salud (pág. 380): “Hace muchos años, la autora hizo un descubrimiento espiritual, cuya evidencia científica se ha acumulado y demuestra que la Mente divina produce en el hombre salud, armonía e inmortalidad. Gradualmente esa evidencia aumentará en ímpetu y claridad, hasta que llegue al punto máximo de su exposición y comprobación científicas”.

¿Qué es eso que realmente está produciendo el ímpetu hoy en día, que empezó en 1866, y que ha seguido funcionando continuamente? Es la curación, es la demostración verdadera de la curación de la Ciencia Cristiana en el Movimiento lo que ha traído este ímpetu a donde está ahora. Creo que será muy útil comprender que el trabajo de curación, no lo hace exclusivamente un grupo selecto, dentro de la iglesia, llamado practicistas.

Aun cuando les estamos muy agradecidos.

Sr. Rathbun: Absolutamente. Pero lo que quiero traer a esta reunión es un recordatorio de lo que la Sra. Eddy nos dice en el Manual acerca de la curación: “Yo recomiendo que cada miembro de esta Iglesia se esfuerce por demostrar con su práctica que la Ciencia Cristiana sana al enfermo rápida y completamente, probando así que esta Ciencia es todo lo que afirmamos que es” (Art. XXX, Secc. 7).

Tanto nosotros aquí, como ustedes allá, compartimos un amor muy profundo por esta Causa. Hay algo más. Recurrimos a este Manual a este Manual de La Iglesia Madre, para que nos guíe, día a día, de la misma manera que ustedes lo hacen. Es maravilloso recordar que la autora de este Manual tenía tal fe en el poder de Dios, en el poder del cristianismo primitivo, que hizo que este modesto librito proveyera una organización que en sí misma es modesta y sencilla. Y es en su modestia que la Iglesia tiene su gran fortaleza porque hace que recurramos todos nosotros, yo, ustedes, todos, a Dios, en busca de poder. En busca del poder de Su Cristo.

El corto de la película terminó aquí, y los miembros de la Junta Directiva continuaron con su charla:

Sra. Jenks: Me enternece pensar sobre la cadena sanadora de amor que está circundando al mundo hoy. Pienso en ustedes que están en Lagos, Nigeria, en sus rostros radiantes de amor, y en los que están en Dublín, Estocolmo, Ciudad de México, San Pablo, Honolulú. Cada individuo, en cada lugar, es un eslabón esencial de esa cadena de amor. Y, como ustedes saben, a medida que ampliemos el concepto de nuestros afectos, veremos que nuestros lazos familiares se fortalecen, y con ese fortalecimiento se reconocerá el deseo de vivir para la humanidad, si estamos dispuestos a encarar, como individuos, en nuestra propia vida, esos asuntos vitales de los que hemos oído hoy.

Por ejemplo: monopolio. ¿Pensamos que, como Científicos Cristianos, tenemos un monopolio del bien? ¿Pensamos que el imperialismo, que se manifiesta como dominación personal, es necesario; que Dios no puede dirigir a cada idea en Su propia preciosa creación? ¿Qué decir de ese laxo sistema de religión? ¿Ha debilitado la avenencia de nuestra fibra moral? La intrusión del materialismo en nuestro tiempo, ¿ha relegado el estudio y la oración meramente a la conveniencia, en vez de darle primerísima prioridad? De hecho, a medida que luchemos contra estos problemas diariamente en nuestra vida individual, nos vamos a interesar más en los asuntos de la humanidad. Vamos a reconocer la dignidad, el mérito de cada individuo. Vamos a empezar a ver esa unidad inseparable de cada idea con su Padre-Madre Dios, y al hacerlo, vamos a fortalecer a nuestras familias. Vamos a nutrir a nuestros hijos para prepararlos para el gran propósito que cada uno tiene.

Ciertamente vivimos en una era de intensidad de pensamiento, de investigación más profunda; es el final de un siglo. Pero hay algo único acerca del final de este siglo. Es el final de un milenio. El segundo milenio desde la venida del Mesías a la humanidad. Podemos estar seguros de que habrá una profunda investigación espiritual, una investigación del corazón del hombre. Como nuestra Guía lo dice: “Ha llegado la hora de los pensadores” (Ciencia y Salud, pág. Vii).

Sr. Wood: Me interesa mucho que haya traído nuevamente a esta reunión ese punto acerca de la energía mental que se está manifestando a fines de siglo. Recuerdo a un amigo mío muy íntimo que me dijo que era un hombre joven al final del último siglo. Era un Científico Cristiano, y dijo que se decía mucho en los periódicos acerca del crecimiento, el rápido crecimiento, de la Causa de la Ciencia Cristiana. Pero, al mismo tiempo, había gran especulación referente a lo rápido que el Movimiento entero desaparecería una vez que no tuviera a su dinámica Guía. Dijo que cuando supo que nuestra Guía había fallecido, no pudo dormir esa noche hasta que se preguntó: ¿Qué vas a hacer al respecto? Luego dijo que la respuesta fue clara. Dejó su profesión, fue a Chicago y abrió su oficina para la práctica pública de la Ciencia Cristiana. Creo que ésa es la clase de respuesta enérgica sobre la cual podemos pensar hoy.

Esa historia me hace recordar mi propio caso. Hace ya años que anhelaba dedicarme activamente al ministerio sanador. Anhelaba ayudar a otros individuos. Pero nadie me pedía ayuda. Así que me establecí en un cuarto pequeño. Era un cuarto que estaba en los altos de la casa donde vivíamos, y lo hice un estudio e iba todos los días a dar tratamiento.

Pero, ¿cómo podía hacerlo sin tener pacientes? Tenía pacientes. Y los pacientes, ¿quiénes eran? Hoy se ha usado varias veces una frase — la agenda para orar — usé el Monitor. El Monitor me proporcionó situaciones que requerían mi devota atención. Así fue como comencé la práctica. En el transcurso de una semana dos personas llamaron pidiendo ayuda, y la corriente jamás se ha detenido.

Sr. Friesen: Sólo quiero decir una cosa. El que hayamos hablado acerca de las publicaciones periódicas en esta reunión, no quiere decir que es una reunión sobre publicaciones periódicas. Es una reunión sobre asuntos. Los asuntos se nos presentan, y la forma en que podemos resolverlos es mediante lo que recibimos en nuestro Cuaderno Trimestral, mediante nuestro Sentinel, Journal, Heraldos y el Monitor, mediante las distintas cosas que ha provisto nuestra Guía.

Sr. Thorneloe: La Sra. Eddy trata el asunto de la paz de muchas maneras en sus escritos. Para mí, una de las respuestas más claras que da nuestra Guía, la dio aquí mismo en este bello edificio durante el primer discurso que pronunció aquí. Fue un domingo en mayo de 1895. Subió a esta misma plataforma, y en comentarios extemporáneos que hizo a la congregación ese día, incluyó estas pocas palabras que me dan una respuesta clara y sucinta a la pregunta: ¿Cómo puedo vivir para toda la humanidad? Dijo: “ ‘Vivid de tal manera que vuestras vidas confirmen vuestra sinceridad y canten Su alabanza’ ”.Esc. Mis. (pág. 106): “Desde hace mucho tiempo ha sido de suma importancia considerar: ¿Cómo habrá de adorar la humanidad al más adorable, pero al que menos se adora — y dónde habrá de comenzar esa alabanza que jamás terminará? Creo oír por doquier el suave y dulce suspiro de ángeles que responden: “Vivid de tal manera que vuestras vidas confirmen vuestra sinceridad y canten Su alabanza’ ”. Hay una urgencia gozosa en ese llamado. Cada uno de nosotros puede darle respuesta. Cada uno de nosotros puede hacer su parte en el cumplimiento de las profecías de nuestra Guía. Cada uno de nosotros puede y debe vivir para toda la humanidad.

Ahora bien, ¿por qué es este llamado imperativo de nuestra Guía una clara posibilidad ahora mismo? Es debido a la obra de nuestro Maestro, Cristo Jesús. En un sentido muy verdadero, él era Príncipe de Paz. El mostró a toda la humanidad que la paz es una realidad obtenible ahora mismo. La paz no es una vacuidad tediosa y estática donde nada ocurre. La paz es gozosa. Es animada. Es vital. Es bondadosa. Es benigna. Está viva. Como el amor, la paz exige testigos activos.

Siempre que pienso en la paz me recuerda la Navidad. El gozo puro de la Navidad es un recordatorio perpetuo, la declaración presente de paz aquí y ahora, está con nosotros en todo momento. Al mismo tiempo, el mensaje de Navidad es el mensaje de la resurrección y la ascensión. La paz de la Navidad está con nosotros todos los días. Trae curación. Trae salvación. Trae redención para toda la humanidad. Y, a medida que ustedes y yo respondamos al Cristo, entonces la paz — en su sentido generalmente aceptado de hermandad entre las naciones — tiene que ser el resultado inevitable.

Estamos agradecidos a todos ustedes por estar con nosotros durante estas dos horas en esta reunión municipal, en esta reunión familiar. Ha sido un obsequio de parte de La Iglesia Madre, de su Iglesia Madre. Estamos agradecidos por todo lo que ustedes hacen. Estamos agradecidos por el amor de ustedes hacia Dios, por su devoción hacia nuestra Guía y su Causa. De hecho, todos podemos participar de los frutos de esa bella bendición de Navidad que se encuentra en la Biblia: “Sea paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes” (1 Samuel 25:6).

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